El lunes 21 de abril el mundo amaneció con la noticia del fallecimiento del Papa Francisco -había iniciado su pontificado el 13 de marzo de 2013-. El día anterior, en el marco de la Semana Santa, brindó la bendición “urbi et orbi” desde el balcón de la basílica de San Pedro. Sería su última aparición pública. Noelia Franco y su familia se entrevistaron con Francisco en dos ocasiones, encuentros inolvidables por el contexto en el que se registraron. A través de esta historia, nuestro recuerdo para el primer Papa americano, el jesuita argentino Jorge Bergoglio.
En julio del año pasado entrevistamos a Noelia Franco para conocer detalles de su emprendimiento, El Secreto en las Sierras, el símbolo de paz más grande del mundo, ubicado a pocos kilómetros de Minas, más precisamente en Cumbre de los Reyes, a dos kilómetros de Villa Serrana. Allí, Noelia, su esposo, Omar Caballero y sus cinco hijas, junto a representantes del cristianismo, el judaísmo y el islam proyectaron la primera etapa de esta iniciativa. También conocimos en profundidad la historia familiar que unirá por siempre a su familia con el Papa Francisco.
El proyecto «nació hace varios años» y con el tiempo «fue creciendo». Es «una historia larga de contar. Nació a partir de la enfermedad de Sara, una de mis nenas (tengo cinco hijas). Cuando era bebé, con tan solo 27 días de vida, tuvo VRS (Virus Respiratorio Sincitial) y terminó internada en CTI. A partir de ese momento, personas de todas las religiones comenzaron a acompañarnos. Con mi esposo nunca habíamos transitado por una situación similar. Imagínate una bebé de 27 días en CTI, intubada… Musulmanes, judíos, evangelistas, de todas las religiones habidas y por haber nos decían que oraban, que hacían cadenas de oración por la salud de nuestra hija. En ese momento comenzábamos a ingresar en ese mundo interreligioso, de que no importa en lo que creas si tienes buenas intenciones».

Una amiga de la hija mayor de Noelia le hizo llegar agua bendecida por el Papa Francisco, «parte de la cual se la colocamos a nuestra hija. Dijimos que si se salvaba iríamos a Roma a agradecer al Santo Padre. Y nuestra hija se salvó. Al tercer día, ya estaba fuera de CTI, curada, fuera de peligro, y al quinto día ya estaba en casa. Fue increíble y mágico hasta para los médicos, porque cuando los pacientes son tan chiquitos y son extubados, existe una gran posibilidad de que deban ser intubados nuevamente. Es peligroso, porque se le interviene el sistema respiratorio a una bebé de 27 días. Es un virus para el que no hay vacuna y ataca generalmente a menores de dos años porque no pueden expectorar».
Sara logró recuperarse totalmente y cuando tenía dos años, junto a Noelia, su mamá, viajó al Vaticano «para agradecer por su recuperación y por su salud. Fuimos a la audiencia general. Traje rosarios y agua bendecida y empezaron a suceder cosas maravillosas: mujeres que no podían quedar embarazadas lo lograron y niños enfermos se curaron por completo».
Cuando Sara tenía cuatro años toda la familia realizó el mismo viaje. «Yo conservaba el correo electrónico del secretario del Papa. Sentía pena que toda la familia no hubiera disfrutado con nosotras haber estado con el Papa cuando fuimos a agradecerle. Envié una carta y a los 20 días me respondieron que el Santo Padre nos esperaba a los ocho el 19 de setiembre, a las 8:45, en Santa Marta. Ese día fue una locura, 20 mil personas en Vaticano y nosotros con un mail impreso. Logramos pasar las barreras y cuando quisimos acordar estábamos en Santa Marta, sentados en un living. En un momento, uno de mis hijos se fue a sentar en determinado lugar y desde la seguridad del Santo Padre le dijeron que allí no podía hacerlo porque en ese lugar se sentaría el Santo Padre. Recién en ese instante nos dimos cuenta de que estaríamos a solas con Francisco. Estábamos preocupados, no sabíamos cómo saludarlo. Él llegó, nos dijo ‘¡uruguayos!’, nos abrazó, nos dio un beso y conversamos durante 15 minutos con él, de Uruguay y de Argentina. En la carta le había comentado que cuando nos casamos no teníamos dinero ni para los anillos y que me gustaría que bendijera nuestro matrimonio. Jamás le pedí que nos casara. Nos dijo: ‘si ustedes quieren yo los caso’ y fue lo que hizo. La noticia salió en todo el mundo: uruguayos casados por el Papa delante de sus hijos».

“Seguir su mensaje”
Fue una de las hijas de Noelia quien, en la mañana del lunes, a través de internet, se enteró de que el Papa Francisco había fallecido. Compartió lo sucedido con su familia y, según resalta Noelia, «lejos de ponernos tristes, nos alegramos por él, porque en ese momento sentimos que su estado de salud ya no daba para más, es decir, que ya no la estaba pasando bien. Quienes creemos y sabemos el amor que él tiene con Dios, con Jesús y con María, sabíamos que a esa hora él ya estaba con Jesús. No podemos más que decir: bueno, él ya sabía su tiempo, su tiempo se estaba terminando, estaba sufriendo... Ya no era él».
Comentó lo que todos apreciamos a través de diferentes medios de comunicación: «Francisco estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para cerrar las cosas que tenía para cerrar. Ahora hay que recordarlo, destacarlo como el santo que es y aprovechar el mensaje que dejó. Esa es la mejor manera de homenajearlo, seguir su mensaje. En nuestro caso, considero que tiene que ver con el mensaje interreligioso de generar los espacios para que los hermanos sean hermanos, no importa de la religión que sean, porque hay Dios, hay uno solo. En nuestra familia es lo que queda y es lo que intentamos hacer a través de nuestro emprendimiento. Ese fue su mensaje desde el día uno y el de la apertura. Es muy grande la apertura que hizo y que generó, en todos los sentidos, desde la forma de ver a las personas, de reconocer a las personas homosexuales e incluso haber denunciado los casos de pedofilia y abuso dentro de la iglesia. Francisco habló de temas sobre los que nadie había hablado, que eran tabú. Fue quien los puso sobre la mesa, los destapó y los acomodó hasta lo que pudo hacer. Ahí hay un reconocimiento hacia él, el valor de meterse en una institución que capaz tenía muchas cuestiones anquilosadas, de las que nadie se animaba a hablar y él lo hizo. Era su tiempo y era quien lo tenía que hacer. Confiemos en que el próximo Papa tome la posta de lo que él inició».
Con emoción comentó a Primera Página Dominical que tanto a ella como a todos los integrantes de su familia «Francisco nos marcó la vida. Sabemos que vamos a estar toda nuestra vida en El Secreto contando nuestra historia con Francisco. No es algo de lo que nos podamos desligar porque falleció. Al contrario, es algo que nos acompaña todo el tiempo y que nos acompañará por siempre. Nos están llamando personas de todo el mundo por nuestra historia. Es algo que convive con nosotros. Las niñas van al colegio y les preguntan sobre el tema. Sara era muy chica. Las dos veces que vio a Francisco tenía dos y cuatro años y sabe que todo esto es a raíz de la historia de ella. Nosotros tuvimos que aprender a convivir con eso. Sara se bautizó en el río Jordán porque se dio de ese modo cuando fuimos a Tierra Salta, hace tres años, y después tuvo que decidir si quería o no bautizarse con sus amigos en el colegio. En nuestra historia diaria está Francisco. Con los vínculos, con la gente, con personas que llegan a El Secreto para que les contemos nuestra historia. Con mi marido sabemos que durante nuestras vidas eso estará presente y por eso es que sentimos que Francisco está más que vivo que nunca», finalizó Noelia.