por Raúl Vernengo

La de Lavalleja fue la elección departamental más apasionante que tuvo el país, por muchas razones.

Una de ellas es que prácticamente nadie esperaba que, en un departamento que fue un bastión casi inexpugnable del Partido Nacional (PN) por décadas, el Frente Amplio (FA) pudiese tener chance de ganarla, como sucedió, en un final de infarto, cuando el sábado 17, con el conteo de 882 votos observados, la coalición de izquierda ganó por unos cien votos.

¿Qué pasó?

No hay explicaciones simples, ni fáciles. Muchos coinciden en que la escasa ventaja que el PN obtuvo en las elecciones nacionales de octubre pasado en Lavalleja (poco más de 700 votos sobre el FA) fue ya una luz que encendió alarmas, de preocupación en el PN y de esperanza en el FA. El PN tuvo entonces su peor votación en décadas. Esto se debió al menos en parte y aunque parezca paradójico, a un acuerdo interno del PN: antes de esas elecciones, dos de los principales dirigentes blancos, la exdiputada y exintendenta Adriana Peña y el intendente Mario García llegaron a un acuerdo, por el que se apoyarían mutuamente. García apoyó a Peña en octubre para que fuese diputada, como finalmente ocurrió, y Peña apoyó a García, que buscó su reelección como intendente en mayo de 2025. Pero el acuerdo cayó muy mal en la interna departamental del PN y entre muchos militantes blancos. Peña fue durante mucho tiempo, al menos en cuanto a declaraciones públicas, una de las principales opositoras de García en su gestión como intendente, luego que este afirmara que Peña le había dejado en la Intendencia de Lavalleja un déficit financiero que Peña siempre negó enfáticamente. El enfrentamiento entre ellos llegó a insultos públicos de Peña a García prácticamente irreproducibles. A su vez, este acuerdo, “cocinado” en estricto secreto, dejó por el camino a otras dos fuertes dirigentes nacionalistas de Lavalleja, Carol Aviaga (que era aliada de Peña y esperaba su apoyo para ser candidata a la intendencia) y la entonces diputada Alexandra Inzaurralde, aliada de García, que no pudo renovar su banca y se sintió traicionada por el entonces intendente. A tal punto llegó la ruptura que la fuerte agrupación liderada por Inzaurralde no llamó a votar por ninguno de los candidatos nacionalistas, en mayo.

Otro factor de mucho peso que hizo que el FA pudiese alzarse con el triunfo fue que la coalición de izquierda eligió en su convención departamental a dos candidatos complementarios y fuertes. Por un lado el diputado Javier Umpiérrez (reelecto en octubre pasado), del Movimiento de Participación Popular (MPP), la lista más votada del FA en el departamento, y por otro el médico cirujano Daniel Ximénez, una figura independiente y popular, aún fuera del FA, y con una muy elogiada gestión como director del hospital de Minas, entre el 2005 y el 2014.

El resto es ya historia.

Daniel Ximénez, luego de una campaña en la que logró el respaldo de muchos, tanto dentro como fuera del FA, encabezó la hazaña electoral que lo llevó a ser el primer intendente frenteamplista en la historia del departamento.

Primera Página entrevistó a Ximénez el domingo, mate y resaca electoral de por medio.

Los problemas internos que tuvo el Partido Nacional, ¿pueden haber sido un factor que influyó en la victoria?

Ese fue el escenario que nos posicionó y que generó el piso. Los líos dentro del Partido Nacional cambiaron el escenario político de Lavalleja. Otra cosa fueron los votos del Partido Colorado en octubre, porque nosotros miramos la diferencia entre el FA y el PN, pero no miramos la gran votación que hizo el Partido Colorado, que es la explicación de los números electorales casi en tercios de octubre del año pasado. Esas dos cosas generaron el escenario. El hecho de que la población de Lavalleja extrapolaba esa diferencia de 700 votos a una elección departamental "peleable" o "ganable". Los que estamos en política sabemos que no tiene nada que ver la elección nacional y la departamental. En el imaginario de la gente, sí.

Lo más llamativo de octubre fue que el Partido Nacional haya votado tan mal, fue su peor votación desde el retorno de la democracia.

Ahí empieza el enojo de los votantes del Partido Nacional.

Para la gente que no es de Lavalleja puede sonar un poco extraño, "enojo por un acuerdo". Pero Adriana Peña y Mario García se habían enfrentado durante años, ¿no?

Se habían enfrentado, fue un acuerdo que involucró a familiares directos y que dejó afuera a dirigentes que son el recambio del Partido Nacional, que querían estar en la contienda departamental y que dejaron deliberadamente afuera.

 

En la televisión se pudo ver, en los festejos en Minas, entrevistas de los periodistas a conductores de los autos que pasaban, con la gente festejando. La gente pide hasta por trabajo. Las expectativas son muy altas. Mucha gente tiene reclamos que tienen que ver con el gobierno nacional, como trabajo y salario...

Sí, pero yo creo que el gobierno departamental se tiene que involucrar y tiene que ser la palanca para que las fuentes de trabajo lleguen a Lavalleja. Aunque no sea el ABC clásico, yo creo que el gobierno departamental tiene que ser la palanca para el desarrollo. Nosotros somos los interesados, nadie va a generar desarrollo y prosperidad en el departamento si no somos nosotros, que soñamos qué es lo que queremos hacer, nos metemos dentro de ese sueño. Tenemos que caminar y trabajar mucho para lograrlo y tiene que involucrarse el gobierno departamental.

Un parque industrial contiguo al predio de Ancap es uno de los de tus buques insignia, según el programa que presentaste...

Nosotros teníamos dos proyectos y Ramón Méndez (1) los unió en uno. La idea que yo tenía es como en muchos departamentos, armar un parque industrial en un predio que estuviera bien ubicado, donde vos ponías el predio, la logística, las cosas básicas para el funcionamiento de una empresa y después aplicar la ley de exoneraciones que está prevista desde hace ocho años en el Uruguay y que utilizaron o están utilizando muchos parques industriales que se formaron en muchos departamentos. Ese era un proyecto. El otro era hacer una asociación con ANCAP y a través de la generación de fuentes de energía, aunque no teníamos bien claro cuál debía ser. Habíamos pensado en clasificar de forma diferente los residuos, utilizar el ferrocarril para la llegada de residuos de otros departamentos y que sean combustibles que se puedan procesar en la planta de ANCAP, que tiene un horno que es compatible, algo que ya hace la fábrica de Cementos Artigas desde hace tiempo. Pero el tema es la continuidad. El combustible genera impacto en la calidad del portland, entonces tiene que adecuarse para minimizar esos impactos, tiene que adecuarse el tipo de energía a la continuidad. No puedes estar quemando residuos un día y después volver a al coke, tiene que ser algo que sea estable porque sino es muy complejo de manejar desde la empresa. Entonces, lo que él (Ramón Méndez) decía es que si vos generás energía a través de un parque eólico u otra fuente de energía, la energía hay que transmitirla sí o sí a través de UTE, y eso condiciona mucho los números de del proyecto. Entonces hay que hacerlo en el predio contiguo a Ancap, en un predio de Ancap en el que hay hay espacio para eso. El parque industrial puede funcionar ahí, puede utilizar la energía y parte de esa energía va para Ancap y eso va a generar impacto en el parque industrial porque según creo no hay en el Uruguay parques industriales que tengan fuentes de energía propias dentro del parque, y también un impacto en los números del portland de Ancap, que es deficitario de hace muchos años. Nosotros tenemos que cuidar las fuentes de trabajo del departamento, es muy importante para nosotros que no se cierre la cementera en Ancap, pero el objetivo final es volver a la construcción de calles, caminos, puentes, volver al hormigón. Yo no concibo que el único departamento que tiene dos cementeras siga haciendo calles de mala calidad con derivados del petróleo.

Al final, la generación de energía, ¿cómo va a ser en en este en este parque industrial?

No está definido todavía y nos debemos una larga charla con Ramón, el padrino que tenemos.

Él se comprometió y sé que nos va a ayudar, nos dará una mano. Y generó los contactos, porque esta idea se trabajó, hablamos con la presidenta en ANCAP, yo no podía largar ese proyecto sin tener la anuencia de la presidenta de ANCAP. Nos dio para adelante, estuvo la ministra Fernanda Cardona (NdeR: ministra de Industria y Energía) en Minas participando en nuestra campaña. O sea, están alineadas las cosas como para hacerlo. Es un proyecto ambicioso, pero yo creo que es realizable y va a ser "ganar-ganar" para Lavalleja. Sobre todo por los puestos de trabajo. Es una experiencia muy linda que va a empezar la Intendencia de Lavalleja y después van a venir otras intendencias, estoy seguro, las de la región. Porque el portland de ANCAP es el mejor que hay, con con todo respeto lo digo. Las empresas constructoras quieren y trabajan con el portland ANCAP. El 100% de la producción de Ancap se vende, se lo sacan de las manos. O sea, tenemos que ser más eficientes, producir más portland y yo creo que es una una buena experiencia que va a empezar con la Intendencia de Lavalleja y ojalá no me equivoco, seguramente van a venir otras intendencias.

Hay un aspecto que tiene que ver con la gestión interna de la Intendencia de Lavalleja. Uno de los aspectos que ha sido más criticado por años, por décadas, es el sistema de trabajadores eventuales de la Intendencia. La Intendencia cuenta con casi 500 trabajadores eventuales que tienen empleos precarios, por las condiciones laborales, por los salarios, prácticamente sin beneficios sociales. Hasta se dijo en la campaña electoral que Daniel Ximénez, si ganaba, iba a despedir a todos los trabajadores eventuales. Ese es un problema porque además regularizarlo supone mucho dinero. ¿Qué va a hacer al respecto?

Hay que regularizarlo porque es imprescindible hacer un rediseño institucional, cambiar la forma de gestionar y administrar la intendencia y los recursos humanos son la parte fundamental de cualquier institución. Nos va a llevar tiempo, no va a ser de un día para el otro, pero vamos a invertir el dinero que haya que invertir para regularizar los eventuales que hace tiempo que están, algunos un año, algunos dos, otros hasta 15 años. La presupuestación va de la mano también con la salida de funcionarios que se jubilan. La intendencia tiene tiene un incentivo de retiro a los 60 años, que es una herramienta que nos va a ayudar, que la vamos a mantener y que nos va a ayudar para para generar la regularización de los cargos.

Incluso hay una fuerte protesta de gente de intendencia que ya está jubilada, que reclaman que un pequeño beneficio económico mensual que tienen hasta que cumplen 80 años, lo puedan mantener luego de llegar a esa edad.

Todos los todos los candidatos nos comprometimos a mantenerlo más allá de los 80 años porque la expectativa de vida cambió. La Asociación de Jubilados de funcionarios municipales nos decía que a los 80 años se les caía el beneficio y es muchas veces cuando tenés mayor gasto de medicamentos. Entonces eso lo vamos a mantener, lo vamos a extender. Fue voluntad de todos, no es exclusivo de esta candidatura.

Respecto a otros partidos, ¿existe posibilidad de trabajar conjuntamente eh con el Partido Nacional, con el Partido Colorado, en proyectos o temas concretos?

Claro que sí. Yo tengo bien claro que este triunfo que logró el Frente fue por una acumulación de muchos años de trabajo de los frenteamplistas que quieren un departamento mejor, pero tenemos que tener bien claro que el triunfo se logró (además) con votos extrapartidarios. Mi candidatura convocó a mucha gente de fuera del partido y eso hay que expresarlo también en el trabajo día a día, en el respeto con que vamos tratar la oposición. Eso yo lo recalqué el día uno de la campaña. No está definido aún quiénes van a ocupar los cargos. Me parece que uno de los pilares fundamentales para hacer un buen gobierno es no haber hablado de cargos. A mí me apoyaron 13 grupos frenteamplistas y dos grupos, uno de "blancos con Daniel", otro con colorados, blancos, cabildantes y frenteamplistas, que se juntaron y armaron una lista. A cambio de nada. Nadie, nadie pidió un cargo y yo no ofrecí ni un cargo. Una cosa que a mí me me gusta destacar es que los dos grupos extrapartidarios fueron espontáneos. Yo no fui a buscar ningún dirigente del Partido Nacional, que muchas veces eso te obliga a dar algo a cambio. Fue gente que se acercó espontáneamente porque quería un cambio en Lavalleja y veía la figura de Daniel Ximénez como un candidato que podía ganar la intendencia y hacer una buena intendencia, que es lo que quiere la gente.

Algo parecido desde el punto de vista electoral pasó la primera vez que que la izquierda ganó a nivel nacional. Tabaré Vázquez en aquel momento en la campaña expresamente pidió el voto, que le prestaran el voto blancos y colorados.

Sí, nosotros de hecho lo pedimos porque yo siempre siempre recuerdo una frase de un dirigente blanco que me decía: "Ustedes los frenteamplistas no piden el voto. Ustedes del Frente esperan que los ciudadanos vayan, se afilien al Frente, vayan al comité, empiecen a militar y la política no es así. La política departamental es diferente, vos tenés que hablar con los vecinos, tenés que ganarte la confianza del vecino y no tener miedo de pedir el voto. Si te comprometés a trabajar, a ser honesto, trabajar por tu pueblo, andá y pedilo”. Nosotros fuimos muy cuidadosos porque yo creo que no está bueno horadar la estructura de otro partido, no está bueno para la democracia, porque la democracia precisa partidos fuertes. Esto es como un cuadro de fútbol: si vos te llevás los todos los mejores jugadores para tu cuadro y dejás a los otros cuadros sin buenos jugadores, está bueno porque salís campeón todos los años, pero en un momento se termina la liga. Tengo que ser muy cuidadoso con el sistema democrático porque nosotros sufrimos mucho cuando perdimos el sistema democrático y eso hay que tenerlo arriba de la mesa, hay que respetar a los partidos, hay que respetar a la oposición, generar vínculos y tender puentes. Yo estoy convencido de que hay que cambiar. Lo dije ayer en la conferencia de prensa, ojalá desde los cerros de Lavalleja pueda crecer una forma diferente de hacer política. No podemos seguir con este sistema con una campaña política que nunca para, que estamos tirándonos piedras, buscando cuál es la piedra más grande para tirársela a los opositores. Pasan los gobiernos, gobernamos todos y los problemas siguen, los problemas graves que tiene en nuestro país siguen estando presentes, muchos de ellos están peores. Pasan los años, nos pasa la vida y nosotros estamos enfocados en una pelea permanente. Tenemos que enfocarnos en trabajar por tener un país mejor y por tener un departamento mejor.

(1) Ramon Méndez, director nacional de Energía entre 2008 y 2015, fue uno de los principales impulsores de la transformación y transición energética del país, para que el Uruguay pudiera alcanzar un 98% de energías renovables, reduciendo considerablemente el costo de generación. Al mismo tiempo este proceso contribuyó a crear decenas de miles de nuevos puestos de trabajo. Méndez fue elegido recientemente como nuevo presidente de la Red de Política de Energía Renovable para el Siglo XXI (REN21), una organización internacional que promueve las energías renovables.