Las ruinas de la iglesia el Cerro Pelado, un tiempo que pasó; una tapera camino hacia Barriga Negra, generada con diversos planos dados por las puertas y ventanas, condensada con el cielo celeste y nubes blancas; una viejísima puerta que está en la esquina de Florencio Sánchez y Miguel Barreiro; la tapera de las botellas, con ventanas tapiadas, paredes esfumadas; los misterios de una casa con dos puertas; la represa de Villa Serrana, con un trabajo en tiza pastel delicado y sensible. Son muchos más los lugares y referencias que abarca la exposición de dieciséis cuadros -quince óleos y un tiza pastel- de la exposición de la artista plástica Blanca Bianchi, una montevideana que hace varias décadas que está afincada en Lavalleja, cuya muestra se inauguró en la sala de exposiciones de la Casa de la Cultura, y estará abierta hasta el 4 de julio.
PRIMERO AGRADECER
Consultada cómo vivió la apertura de esta nueva exposición, Bianchi señaló que “fue hermoso, como son siempre estas instancias donde uno tiene la oportunidad primero de agradecer, a las autoridades, a la directora de Cultura, Clarisa Gallo, a las y los funcionarios de la Casa de la Cultura, que ayudaron y colaboraron en el montaje de muestra, tienen experiencia y aportaron de manera maravillosa, dado que las obras distintos enmarcados a veces se complica para el colgado. Y agradecer la presencia de amigos, familiares, conocidos, fue una linda inauguración”.
ÓLEOS Y UNA TIZA PASTEL
En las obras expuestas el uso del óleo es el protagonista. Al respecto Bianchi dijo que “el óleo está en casi todas las obras, me gusta pintar y por eso uso diferentes técnicas. El óleo es el más práctico, y de resultados más rápidos, me parece. El único cuadro de la muestra que usé pastel tiza sobre cartón fue en la represa de Villa Serrana. Yo ya en otras exposiciones había hecho obras en pastel tiza, y tengo una serie sobre la sobre la negritud -la mujer negra o afrodescendiente- y las distintas vivencias desde el sufrimiento, la esclavitud, la exclusión que sufrieron, que están hechas con esa técnica, que se pinta con la yema del dedo. He hecho muchos retratos, de gente que me interesa hacer y de gente que me pide. Insisto: me gusta pintar”.
Al señalarle que leyendo su curriculum, sus inicios fueron en la porcelana y la cerámica, Bianchi manifestó que “sí, me encanta, hice pintura sobre porcelana, sobre cerámica cuando vivía en Montevideo, también hice repujado en cobre. Son todos caminos muy lindos y a su vez diferentes. Me gusta pintar y me gusta la manualidad y todo aporta a hacer cosas”.
AMIGOS DEL ARTE
Entre las obras expuestas, hay una que es una parte de la hermosa casa de Amigos del Arte, donde Bianchi asistió a las clases de pintura. Explica la artista que estuvo trabajando unos años en Amigos del Arte “y cuando me enteré que iban a hacer obra nueva, saqué fotos porque considero que no se debe perder la memoria de edificios y lugares, así como de otros elementos que hacen a la vida humana. Mientras saco las fotos siempre me digo: ‘Esto no se puede perder’. Y después las transformo en cuadros, lo pinto”.
“ESO NO SE PUEDE PERDER”
Aseguró Bianchi que “estas obras que presenté en esta oportunidad las empecé a hacer con tiempo, vengo trabajando desde hace mucho tiempo. Cuando empecé a ir a Cerro Pelado y empecé a ver las taperas y a ver que hay escuelas rurales que ya no funciones como tales, o las taperas en predios que quedan con el paso del tiempo las paredes, estructuras fuertes. Eso no se puede perder. Tenemos que dejar para el futuro, para otras generaciones imágenes, memorias, porque allí hubo niños, familias que vivieron allí, en eso que ahora son taperas, incluso en lugares donde hoy vive otra gente. No podemos dejar perder más historias. La parroquia de Cerro Pelado es una pena que haya llegado a estar cómo está hoy, o las puertas viejas de Minas, bellísimos trabajos artesanales de otro tiempo. No podemos seguir perdiendo la memoria de otros tiempos, en otros lados se cuida, se valora. Soy una encantada de las cosas que dejó el tiempo que pasó. No se puede perder más de lo perdido. Eso explica la vida antes de nosotros, a los que vienen, para futuras generaciones, y no lo digo solo por los monumentos, hay otras cosas que fueron parte de la vida cotidiana, tenemos que dejar testimonio para explicar, contar, informar, educar. Es lo que pienso y por eso armé todo esto”.