ENFOQUE
Por Waldemar Martínez
Tuve la suerte, el privilegio, de conocerlo a comienzos de la década del 80. Cuando dábamos nuestros primeros pasos en el periodismo deportivo. Desde ese primer día, siempre mantuvimos una excelente relación, porque más allá de la función que cumpliera cada uno, nos tratamos con un afectuoso respecto. Por eso, si bien el desenlace era inevitable, la partida física del doctor Glauco Américo Sequeira Melgar nos ha causado muchísima tristeza y dolor. Veterinario, docente, dirigente de fútbol, delegado, periodista deportivo, extraordinario y avezado director técnico de fútbol, entre otras cosas. Muchísimas horas compartidas en algo que nos apasionaba a ambos y nos unía… el fútbol. Cuantas jornadas de convivencia, de alegrías y de tristezas, en esas ocho ocasiones que dirigió a la selección mayor de Lavalleja. Entrenamientos, partidos y viajes, recorriendo el país, y fuera de fronteras, como ocurrió en el año 1992, cuando nos encontramos en Paraguay para la disputa de la Copa “San Isidro de Curguaty”. Tuve el honor de trabajar junto a él en el Periodismo Deportivo, exhibiendo en todo momento su enorme capacidad y conocimiento. Es el técnico más laureado en la historia del fútbol de Lavalleja. Logró el título a nivel Nacional en fútbol dirigiendo a la selección del Liceo Eduardo Fabini. Conductor del primer título del Interior de selecciones con la selección de Lavalleja en el año 1992. Logró en dos ocasiones el título del Este, 1992 y 1999. Tri Campeón Minuano como técnico de Sportivo Minas: 1987, 1988 y 1995. Logró el ascenso a la Divisional “A” como entrenador de Olimpia, La Rambla y Barrio España. Pero además dirigió a Nacional, Estación, Lito y Wanderers. Especialista en la formación de grupos humanos. Su especial carisma le permitía llegarle al jugador, ganarse su credibilidad, confianza y respeto. En un ambiente tan difícil como lo es el del fútbol, en base a sus actitudes se ganó una enorme consideración de toda la afición deportiva. El “Dr. tiene mucha suerte” era muy común escuchar en el ambiente, como cuestionando su capacidad para orientar equipos de fútbol. Sufrió inmerecidas críticas, algunas sobrepasando la función de entrenador. Muchas de ellas despiadadas, pero siempre se mantuvo fiel a sus convicciones y persona de bien. Respondía a cada crítica y cuestionamiento con trabajo, triunfos y títulos. En lo personal pude comprobar toda su sapiencia y sabiduría, en innumerables oportunidades. Con un ojo clínico para saber rodearse, para conformar sus equipos, transmitir su idea de juego y la estrategia a desarrollar. Gran analista y estudioso de sus propios equipos y rivales. Tengo grabado en mi memoria cuando me invitó en el año 1992 a ver la revancha de las semifinales del Interior en el “Casto Martínez Laguarda” entre San José y Colonia. De ahí salía el rival de Lavalleja. Allá fuimos los dos charlando de todos los temas, va… él hablaba y yo escuchaba. Al regreso, con la clasificación de Colonia a la final con Lavalleja, en el viaje me hizo una radiografía completa del poderío de Colonia, virtudes y defectos, y cuál era la forma para ganarle. Allí pude comprobar su enorme capacidad y sabiduría. En julio del año pasado, la Junta Departamental, a través de su Comisión de Deporte, nos confió la enorme responsabilidad de organizar en forma conjunta y ser maestro de ceremonia, del homenaje a los seleccionados de Lavalleja Campeones del Este y vice Campeones del Interior, también a la selección juvenil, en el Teatro Lavalleja. Dios “nos iluminó” para que lo invitáramos para que hiciera entrega del premio a Gerardo Cano como técnico Campeón del Este, su alumno y discípulo en el fútbol. Cuando me comuniqué con él, Glauco me respondió: “Walde yo a vós no te puedo decir que no, no te puedo fallar. Contá conmigo que quiero entregarle ese premio a Gerardo. Espero estar bien de salud para ese día” me decía con una clara expresión de deseo. “Glauco tu cuídate, lo primero es tu salud” le respondí. “Walde, contá conmigo, haré todo lo posible para ir”. El día de la premiación, el 28 de julio del 2022, quiso Dios que el Teatro Lavalleja estuviera repleto de gente. Al final del homenaje, cuando le tocó subir al escenario, para entregarle el premio a Gerardo Cano, todo el público de pié lo recibió con un emotivo y cerrado aplauso. Algo realmente conmovedor. Se le vio realmente muy emocionado. Intentó permanentemente agradecerme la oportunidad, cuando en realidad el agradecido era yo por el esfuerzo realizado para estar presente, a pesar de sus problemas de salud. “No tenés nada que agradecer Glauco, estás cosechando aquí todo lo bueno que has sembrado” le respondí. Allí estuvo sentado, junto a Gerardo Cano y a Omar Guillén, tres figuras que fueron participes, desde sus puestos, en el título del 92. Y se retiró nuevamente ovacionado. Hoy me quiero quedar y recordarlo con ese momento de felicidad que le tocó vivir. Lo vamos a extrañar. Con su inconfundible sonrisa a flor de piel. Siempre con su buen humor y su clásica broma. Pero él seguramente estará en un lugar mejor, donde lo estarán esperando “El Turco” Gileni, Walter Montero, Juancito Cifuentes, Omar Ospitaleche, “El Pelado” Montesdeoca, “Cafuringa”, Fabio González, Pedro Cardinal, Jorge López, Juan Carlos Rey, Julio Zeballos, Ruben “Morcilla” Umpiérrez, Alfredo Melgar, Heroldo Ciocca, el Hugo Hernández, y tantos otros más para darle la bienvenida que se merece. Y acá le echaremos de menos, pero lo seguiremos recordando como un “verdadero” docente, en el fútbol y en la vida. Como lo que realmente fue… un crack. ¡Gracias por todo… querido Glauco!.
En la foto: Glauco Sequeira el 28 de julio del 2022 en el Teatro Lavalleja, haciendo uso de la palabra y entregando del reconocimiento a Gerardo Cano, con su nieto en brazos, como director técnico Campeón del Este 2022 con la selección de Lavalleja
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