lunes, 12 de julio de 2021

Julio Ibarra: una vida dedicada a las escuelas rurales

CON EL COORDINADOR DE APOYO PEDAGÓGICO DIDÁCTICO

Primera Página habló con el maestro Julio Ibarra, coordinador de apoyo pedagógico en escuelas rurales en la Inspección Departamental de Primaria.

Ibarra recordó sus inicios en esta profesión, que abrazó desde hace muchos años, y también sobre cómo se desarrolla en tiempos de pandemia, la virtualidad, los proyectos previstos y cómo los lleva adelante. Mereció un párrafo aparte su incursión en la radio con un programa denominado “La radio y la escuela. Un libro nos une”.


SUS INICIOS

Al recordar sus inicios como docente, Ibarra comentó que comenzó a trabajar en junio de 1986 en la escuela rural N.º 38 de Puntas del Soldado en nuestro departamento, “que cerró sus puertas tiempo atrás debido a la ausencia de niños en la zona”. “Al día de hoy son muchas las escuelas que lamentablemente corrieron igual suerte por la misma razón. Estoy próximo a cumplir 35 años de trabajo docente habiendo trabajado además en las escuelas rurales 48 de Casupá, 41 de Poblado Aramendía, la 5 ‘Eduardo Fabini’ de tiempo completo como director y finalmente la 8 ‘Guillermo Cuadri’ de Minas como director. Si bien no recorrí muchas escuelas, debido a su diversidad geográfica me aportó una visión del departamento, lo cual desde el cargo que desempeño actualmente resulta fundamental”.

Actualmente desempeña el cargo de coordinador del Centro de Apoyo Pedagógico Didáctico para Escuelas Rurales (CAPDER), que depende de la Inspección Departamental de Lavalleja y del Departamento de Educación Rural (DER). “Mi trabajo -cuenta- es brindar apoyo técnico pedagógico y logístico a las escuelas del departamento en coordinación con el cuerpo inspectivo y las autoridades del DER, de acuerdo a las orientaciones de políticas educativas provenientes del organismo. Concretamente el trabajo es muy vasto e implica acompañar la gestión de los docentes rurales y sus comunidades educativas”.

Según explicó Julio Ibarra, los cambios en las escuelas rurales a partir del inicio de la pandemia fueron profundos y complejos. “El 13 de marzo de 2020 se suspenden las clases presenciales y a partir de ahí se plantea el desafío de seguir educando con locales cerrados. Esto cambió totalmente el escenario y desplegó al máximo la creatividad docente. Así se llegó a los niños y las familias de múltiples maneras: plataformas de Ceibal, mensajes de WhatsApp, videollamadas, mensajes de texto y hasta material impreso en papel dejado por las maestras en las porteras de los establecimientos rurales. Desde nuestro trabajo se planteó, entre variados apoyos, la emisión de un programa radial que aún hoy se sigue emitiendo. Sin dudas ha sido un gran desafío, donde las comunidades rurales han respondido de muy buena manera a esta situación. Hay que destacar que el 22 de marzo de 2020 fueron las escuelas rurales las que abrieron la puerta de todo el sistema educativo a la presencialidad, hecho que volvió a repetirse la semana pasada”.


UN DÍA EN LA ESCUELA RURAL

Al repasar como es un día en la escuela rural, más allá de la pandemia, dijo que “el horario de las escuelas es de 10 a 15 horas, por lo cual obviamente todos los alumnos almuerzan en la escuela. La mayoría de las escuelas de Lavalleja son unidocentes, lo cual significa que están atendidas por un solo docente que atiende todos los grados que tenga la misma, desde Inicial a 6° año. Se cuenta con una auxiliar de servicio que realiza tareas de limpieza y cocina. Las escuelas rurales de Lavalleja son al día de hoy 55 con un promedio de alumnos que ronda los 8, aunque hay instituciones que tienen más de 30 y otras un solo alumno. Ésta última es una situación muy particular. En algunas se cuenta con profesor de Educación Física, aunque éste recurso aún es muy limitado”.


LA CONECTIVIDAD

En tiempo de pandemia y de clases virtuales, el tema de la conectividad es esencial. Sobre este aspecto, Ibarra contó que “el acceso a internet es diverso, pero podemos decir que en la inmensa mayoría no hay problemas. El Plan Ceibal dotó a todas las escuelas de servidores donde no solo los niños y maestras, sino también las comunidades vecinas que se acerquen al local pueden tener acceso. Igualmente es bueno aclarar que hay lugares donde la conectividad no es buena por la escasa señal, hecho que desde hace varios años Antel viene tratando de solucionar a fin de que la conexión a internet sea posible y sostenida”.

Referente a como fue la adaptación de los alumnos a la virtualidad, afirmó que “esta situación obviamente que ha sido todo un desafío ya que es un momento histórico que nunca se había vivido. Los niños rurales y sus familias que los han apoyado muchísimo, han tenido en general una muy buena respuesta. Es de destacar el esfuerzo y compromiso de las maestras que apelaron al ingenio para no perder contacto con los alumnos y las familias. Desde mensajes de texto, Whatsapp o plataformas de Ceibal hasta paquetes dejados en las porteras con material impreso, fueron algunas de las estrategias utilizadas. Obviamente, la plataforma CREA que responde al Plan Ceibal ha sido la más recurrente, pero igualmente, por muchas razones cuando no es posible acceder a la misma, las variantes desplegadas en territorio han dejado un gran resultado. La desvinculación del sistema en este tiempo de educación a distancia es muy pequeña, aunque así sea un solo caso, se despliega todo el esfuerzo para revertir esa situación”.


DESARROLLO DE LOS PROYECTOS

Consultado sobre si los proyectos que tenían al comienzo los pudieron llevar a cabo, indicó que “algunos proyectos se han podido llevar adelante pero evidentemente otros no han sido posibles porque la tarea de enseñar y aprender tiene un componente muy decisivo de presencialidad, de contacto, de emociones compartidas, que como es lógico, ésta situación limita mucho. Igualmente el acercamiento entre las escuelas entre ellas y las familias han tenido una nueva puerta con los avances tecnológicos que, en mi opinión, por más que volvamos a la presencialidad, tomarán un protagonismo que no tenían previo a la pandemia. Un ejemplo de esto es que durante este período de virtualidad las maestras han intercambiado trabajos con otras escuelas distantes muchos kilómetros. Esto amplía de manera insospechada el campo de acción”.

El docente contó que “días pasados tuve oportunidad de asistir virtualmente al acto de homenaje a Varela organizado a través de VC por una escuela y participación de otros tres centros. Esto era impensable hace unos años. Ver que simultáneamente los niños participaban con cantos, recitados, lecturas, etc, desde lugares diferentes, unidos a través de la pantalla, es realmente removedor. Más si se piensa que una de esas escuelas tiene solo un niño y esto le da la oportunidad de vivir una situación diferente. También ha abierto un camino nuevo para situaciones que en lo rural se dan mucho, como ser la de impactos climáticos, lluvias, temporales, crecidas, etc, que en el futuro no serán barrera para los procesos de enseñanza ya que se podrá recurrir a estos dispositivos que se han usado en este momento. Ese es uno de los tantos casos que nos hacen pensar que cuando esto termine, la educación ya no será exactamente igual en el futuro. Muchas cosas hemos aprendido y quedarán instaladas en las prácticas cotidianas en pro de la mejora de la calidad educativa”.


ASPECTOS PARA POTENCIAR

Julio Ibarra manifestó que “algunos aspectos que se han tratado de potenciar en estos años en lo que refiere a educación rural son, por ejemplo, el fortalecimiento de los agrupamientos escolares que permiten a varias escuelas rurales trabajar en proyectos conjuntos, ampliando el radio de acción, potenciando recursos en busca de mejorar la calidad educativa. Instalar un día al año el Encuentro de Escuelas Rurales que llevaba seis ediciones, el cual ha sido muy significativo ya que cientos de niños, maestras y familias rurales tienen la posibilidad de compartir un día de confraternidad y trabajo en pos de la identidad rural. También propiciar el Coloquio Departamental de Educación Rural como espacio de reflexión pedagógico, que lleva tres ediciones, la primera en escuela 14 de Poblado Colón en 2018, la segunda en escuela 65 de Polanco en 2019, y la tercera en 2020 en formato virtual”.


LA ESCUELA Y LA RADIO

Líneas arriba, Ibarra nos contó de la creación de un programa radial, el cual se denominó “La radio y la escuela. Un libro nos une”. Este se inició el 22 de marzo de 2020, y ha difundido hasta el presente más de 100 programas Se emite en siete emisoras de Lavalleja, Florida y Treinta y Tres. “Surgió como una alternativa más para llegar a docentes y familias rurales en tiempos de pandemia. No obstante, el programa ha seguido sostenido también en tiempos de presencialidad mostrando la importancia de la radio como medio de comunicación. El eje temático es la literatura, a través de lecturas de autores nacionales, a los cuales este año extendimos a Latinoamérica y del panorama universal. El programa radial ha tenido un gran impacto. Fue uno de los dos programas que se instalaron en tiempos de pandemia en el país (el otro se difundió en Tacuarembó) y realmente involucró a muchas personas e instituciones, no solo del medio sino también del extranjero”.

Julio informó que se ha utilizado la modalidad de enviar los contenidos desde los participantes y desde éstos a las radios a través del sistema de mensajería Whatsapp, “lo cual permitió llevarlo a cabo sin desplazamientos y sin contactos personales en tiempos en los cuales la consigna ha sido la de mantenerse en casa. Además, las emisoras lo emiten por aire y por internet permitiendo llegar a una gran audiencia ubicada en los más diversos contextos. En este proyecto se han combinado nuevas y viejas tecnologías de comunicación logrando de esta manera llegar a múltiples públicos trascendiendo lo estrictamente escolar”.


MUCHAS HISTORIAS Y ANÉCDOTAS

A lo largo de tantos años de trayectoria en el ambiente rural escolar, son muchísimas las historias que Julio ha vivido. Comentó que “como se imaginarán hay muchas anécdotas que fueron ocurriendo a través del tiempo. Un hecho que recuerdo perfectamente fue la llegada de la energía eléctrica a la escuela donde trabajaba (48 de Casupá). Fue realmente increíble el cambio que trajo no sólo en lo estrictamente escolar, sino también en toda la comunidad. La primera noche con ‘luz’ me parecía escuchar el sonido de los generadores que se encendían hasta entonces en las noches de beneficios, las únicas de todo el año donde la claridad de las luces invadía el lugar. Atrás quedaban para siempre las linternas, velas, faroles y lámparas que según el caso nos permitían abatir las sombras de las noches. Así también el acceso a electrodomésticos, medios de comunicación, etc, cambiaron para siempre los modos de vida en aquellos años”.

Acotó que “otra anécdota fue cuando dos hermanos que viajaban a caballo desde muy lejos hasta la escuela, encontraron en un monte que cruzaban en el viaje, un globo con una tarjeta atada con un hilo. La leímos en clase y resultó que había sido soltado en un pequeño pueblo en la Argentina en una fiesta parroquial. Tenía una dirección a la cual escribimos una carta y al cabo de un tiempo recibimos la respuesta en la que nos contaban que nunca pensaron que un globo podría viajar cientos de kilómetros llevando ese mensaje. Así iniciamos un contacto epistolar increíble en un mundo muy diferente al actual, donde contactar a alguien lejano era casi un mito”.


LOS BENEFICIOS ESCOLARES

Las escuelas rurales se destacaron en el ámbito social con la realización de los beneficios, con los cuales se recaudaban fondos para solventar diferentes gastos. Sobre este punto específico, Ibarra dijo que “los beneficios escolares que convocaban muchas personas generando una pertenencia hacia la escuela y una movida social que era un espacio de confraternidad e intercambio, también forman parte de aquellos años que me tocó transitar por mi condición de maestro. Igualmente no puedo dejar de reconocer a tantas personas, organizaciones, autoridades, comercios, medios de prensa e instituciones que siempre han apoyado esta tarea desde múltiples lugares, así como también y fundamentalmente a las maestras y maestros rurales que tanto esfuerzo desarrollan cada día junto a sus comunidades para mantener en alto la tradición pedagógica de la escuela rural”.



1 comentarios :

La apasionante trayectoria del Maestro Rural. El reconocimiento a la figura del Maestro del CAPDER, que acompaña a los docentes que eligen desempeñarse en Escuelas Rurales. Un abrazo a todos, imagino que luego del tsunami que significó la Pandemia de Covid, los encontrará más fortalecidos desde la gestión ante el tremendo desafío de la transformación. Ya no somos los mismos, ya no todo es igual, el futuro incierto está a la vuelta de la esquina y con todos, y entre todos lo enfrentaremos desde cada lugar.
Abrazo Julio 🤗

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