A través de imágenes fotográficas enviadas a nuestra redacción, vecinos asiduos a la Rambla de Minas, nos muestran como la garita que años atrás fuera construida para el servicio policial, es utilizada ahora como lugar, se supone, de vivienda, solo de descanso o hasta de guarida por parte de algún transeúnte de estadía constante en dicha zona. La casata marca el inicio del extenso muro, también con grafitis varios, que recorre la explanada y utilizado a diario por jóvenes y familias enteras que llegan al lugar a disfrutar de charlas, mates y meriendas. La malla de protección levantada y grandes pañuelos utilizados como cortinas en algunas de las ventanas completan la imagen del pequeño espacio grafiteado con escrituras y dibujos. Las expresiones realizadas por vaya a saber cual o cuantos “artistas urbanos desconocidos”, conllevan una clara intención de manifestación pero a su vez enchastran y perjudican la visual natural que debería tener dicho lugar público. Sin duda, la ocupación de espacios públicos vacios y el grafitis absurdo, sin sentido y culturalmente vacio son temas a tratar, y erradicarlos es todo un desafío.
Reiteramos a todos aquellos lectores que tengan problemas en los distintos barrios de Minas, que no duden en comunicarse con nuestra redacción a través del teléfono 444 31502, o a través del correo electrónico primerapagina@adinet.com.uy
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