Como todos los años, comenzó a desarrollarse en Minas, y quizá también en las demás ciudades y localidades del departamento, una nueva temporada arboricida, que tiene como objetivo que los árboles del ornato público mueran lo antes posible, y que al mismo tiempo estos mismos árboles no puedan en la temporada estival brindar uno de sus principales beneficios, la sombra.
Casi simultáneamente, en casi todo el país comenzó a implementarse la poda de árboles, que busca, como en prácticamente todo el mundo, que los árboles que se plantan en veredas, avenidas, plazas y parques de las ciudades, puedan tener un crecimiento armónico, buena salud por muchos años, y que puedan cumplir al mismo tiempo los objetivos básicos de embellecer y brindar una sombra fresca y abundante en verano.
Por alguna razón que desconocemos, nuestro gobierno departamental, desde hace muchos años, continúa llamando “poda” a la mutilación anual que organiza y desarrolla sobre los árboles. En realidad, la práctica que se desarrolla en Lavalleja se llama “desmoche” o “desmochado”, y consiste en cortar casi absolutamente todas las ramas de los árboles, dejando tristes tocones, al tiempo que acortan la vida de los árboles y/o dañan irremediablemente su salud. El desmoche se conoce desde hace siglos, y desde hace siglos se sabe que es una práctica muy dañina, que equivale a matar en cómodas cuotas -si se hace todos los años- a los árboles, lo que se llama, claro, arboricidio.
Basta recorrer Minas para ver a los tristes, tristísimos árboles en las veredas, moribundos, con enormes huecos, con enfermedades causadas o favorecidas por la brutal mutilación que sufren cada año, privándolos de TODAS o casi todas sus ramas.
Quizá, la Intendencia de Lavalleja utilice manuales de poda un tanto antiguos, aunque deberían ser antiguos de verdad, porque las funestas consecuencias del desmoche de los árboles se conoce al menos desde el siglo XVIII, y es probable que también desde el siglo XVII, o antes.
Estas nobles plantas, como hacen casi todos los años hasta su temprana muerte, reaccionarán ante el brutal ataque con numerosos y débiles brotes, que en primavera y verano nos darán hojas y una raquítica sombra, muchísmo menor a la que en realidad podrían dar, y nosotros disfrutar. Estos brotes, estas jóvenes ramas largas de hasta dos metros o más que en muchos árboles son llamadas “chupones” (brotes vigorosos de un año de crecimiento, o menos) serán cortadas nuevamente, al ras, como no podría ser de otra manera, en la temporada arboricida del año 2021, dentro de aproximadamente un año.
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