Días atrás tuve el placer de
presentar dos libros del poeta Julio César Pavanetti Gutiérrez, en
la Casa de la Cultura, organizado por el Municipio de Solís de
Mataojo, en el que fue Esteban Baz Gagliardi, un excelente maestro de
ceremonia.
Lo primero que hice fue felicitar a la
gente del Municipio de Solís y de la Casa de la Cultura, por la
impresionante actividad cultural que desarrollan.
Luego agradecí que se me dieran la
oportunidad de presentar los libros “La curva del Dragón” y
“Tiempo de Cristales Rotos”, del poeta Julio Cesar Pavanetti
Gutiérrez, nacido en Montevideo el 27 de julio de 1954, es un
uruguayo que anda por el mundo, y que si miramos su currículum, nos
deja asombrados por la cantidad de actividades que ha desarrollado en
su vida, vinculadas con la poesía, la literatura en general y en
particular con la palabra. De esa intensa actividad, la mayor parte
la ha desarrollado en España, donde ha obtenido importantísimos
reconocimientos, así como en otras partes del mundo.
ENORME POETA
Cuando la alcaldesa Verónica Machado
me alcanzó los libros a presentar de Julio Pavanetti, y cuando leí
su poesía, me asusté, por presentar a un poeta de este nivel, donde
ya desde los prólogos se ve que están hechos por gente que sabe
muchísimo de poesía. Ambos libros tienen prólogos de una
profundidad, análisis e intensidad enormes, y me pregunté qué
puedo decir yo. Para eso tenemos a este enorme poeta, que desde su
poesía lo primero que hace es conmover, pero además su poesía se
entiende, no es hermética, es tan del alma, de la vida, de las cosas
cotidianas, tiene tantas preguntas, tiene tantas preocupaciones por
la humanidad, por lo que somos como humanos, como trabajadores, como
seres sociales y sobre todo el lugar de la memoria que llevado a la
lírica, sacude, y hace pensar. Pavanetti cuestiona el mundo que
tenemos, los sentimientos, la nada, y el devenir en este universo tan
loco, con tanto caos, y hoy tan globalizado.
COMO EN UN RITUAL
Pavanetti pidió hablar de su poesía,
decir sus poesías, y si bien fue extenso, fue un placer enorme
escucharlo, el análisis que hizo de su obra, y la cadencia con que
la fue diciendo, fue atrapante. Con el agregado que asistió una
enorme masa de público respetuoso, concentrado, atento, que supo
valorar el gran poeta que es, y eso se consigue con poesía que
realmente llegue a cada persona y gente preparada para recibirlo.
Momento especial fue cuando Daniel Guerra cantó un poema “Propósito”
de Pavanetti, del libro “La última curva del dragón”, donde se
logró una conjunción mágica de voz, letra y música.
EXPOSICIÓN
Luego de la presentación de los dos
libros, se inauguró la exposición del pintor Dubal Ramos, de óleos
espatulados denominada “Como yo siento”, con un importante número
de obras. El artista conversó con el público sobre los distintos
momentos de su creación y circunstancias del nacimiento de sus
obras.
ESAS CANCIONES
Finalmente, en el hermoso teatro
-pequeño, pero muy cálido- se presentó Daniel Guerra, con “Su
música… su canto”, un espectáculo de una gran calidez, con
canciones y música de alto nivel. Actuaron cerrando el circuito
cultural los profesores de folclore Ana Suárez y Guillermo
Gutiérrez.
(Por Gorge Gómez)
1 comentarios :
Muchísimas gracias a Gorge Gómez por tan elogiosos comentarios, fue un placer compartir con él, con los artistas que participaron y con todo el público presente, una hermosa velada de poesía, música, pintura y danzas folklóricas. Muchísimas gracias a todos. Un fuerte abrazo y hasta otra. Julio Pavanetti
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