En la XXII entrega de los
premios de la cultura uruguaya, Morosoli 2016, hubo momentos de
verdadera emoción, agradecimiento por la valoración de las acciones
realizadas a lo largo de sus vidas, que ahora se veían reconocidas.
SER JOVEN, UNA DIFICULTAD
Entre los Morosoli
de Bronce, en artes escénicas, teatro fue premiado Gerardo Begérez,
joven director, actor y dramaturgo, con varios premios Florencio por
sus puestas en escena, quien reconoció que era “un honor estar en
este teatro, donde he actuado algunas veces”. Luego
agradeció a la Fundación Lolita Rubial por la distinción, “me
alegró y me sorprendió mucho”, se lo dedicó a su pareja, al
Teatro El Galpón, “donde diariamente mis compañeros me aportan no
solo ser un mejor artista, sino también a ser una mejor persona”;
a las instituciones teatrales que lo han apoyado, “porque fue
difícil para mí los inicios como director, por ser tan joven, en
este país donde ser joven uno lo siente muchas veces como una
dificultad, pero hubo mucha gente que apostó, vio algo, no sé muy
bien qué es, por eso quiero agradecer al Teatro Circular, al Teatro
La Comedia de Buenos Aires, que me apoyaron mucho, y quiero
dedicárselo a todos los actores que han trabajado con pasión y
entusiasmo, y fundamentalmente se lo quiero dedicar este premio a una
gran actriz, Estela Medina, que es una de mis inspiraciones
cotidianas, una mujer que ha dado su vida por el teatro uruguayo.
Espero estar como ella, aferrado hasta mis últimos días a esta
pasión y estar dentro de un teatro”.
“SIEMPRE ESTÁ LA
GENTE DEL OTRO LADO”
En humor gráfico,
caricaturas e historietas, el premiado con un Morosoli de Plata fue
Horacio Guerriero, “Hogue”, quien al ser presentado por Aldo
Silva recordó el rol que tiene en su programa televisivo
“Código País”,
donde “es más temido él por lo que expresa en sus caricaturas,
que nosotros con las preguntas, muchos invitados nos preguntan si
va a estar Hogue”.
Guerriero recordó
su larga relación con la Fundación Lolita Rubial, que se inició
cuando obtuvo un premio en un concurso de caricaturas. Varias
de sus obras integran el Museo del Humor y la Historieta Julio E.
Suárez, “Peloduro”, y ha participado en diferentes actividades
de la Fundación. Señaló
que es del interior, “y se ha hablado esta noche de la incidencia
de la gente del interior”. “Soy de Flores, Trinidad, un
departamento chiquito, cuando me fui para Montevideo, Jorge ‘Cuque’
Sclavo, con quien trabajé en una agencia de publicidad, me decía:
‘Flaco, Trinidad no existe’ ¿Cómo
que no existe?, le
decía yo. ‘No, Trinidad es una maqueta’ y generalmente lo decía
en público, cosa que me ponía más incómodo, y seguía, ‘no, no
existe, habitan dos personas, uno se sube a un árbol y avisa cuando
viene la ONDA, y el otro con unas cuerdas, levanta la escenografía
cuando pasa el ómnibus’. No puedo negar que Trinidad es una ciudad
chiquita, pero eso que decía el Cuque me molestaba. Lo otro, hace
más de 30 años que trabajo en creatividad, fundamentalmente desde
el terreno visual, desde lo conceptual, desde las galerías de arte,
desde los medios de comunicación, las salas de exposiciones, hacia
la gente, siempre está la gente del otro lado, por eso dedico este
premio a la gente, a ustedes”.
“QUE NUNCA FALTEN
LOS OJOS ATENTOS”
El notable artista
plástico Óscar Barroca, pero sobre todo pensador, crítico,
cuestionador de los espacios visuales, recibió el Morosoli de Plata
a la pintura. Lamentablemente
no pudo estar, pero envió un mensaje que fue leído por el profesor
Juan Carlos García Aranda, en el que expresó: “No quisiera caer
en lugares comunes, quizás tan reiterados como sinceros, pero no hay
demasiadas palabras -lo digo con total convencimiento- para agradecer
a la Fundación Lolita Rubial, en la persona del querido Gustavo
Guadalupe, por este premio que me honra, jerarquiza y destaca. En
nuestro país la educación y la cultura todavía atraviesan horas
difíciles, los creadores uruguayos pocas veces son mirados bajo la
lupa del reconocimiento, y es precisamente en ese indoblegable marco,
que la inmensa labor de la Fundación Lolita Rubial, debe recibir
nuestro agradecimiento. Gracias. Que nunca falten los ojos atentos de
los hombres y mujeres que hacen a esta fundación. Entre otros
ciudadanos son ellos los que nos dan aliento y estímulo a nuestro
pequeño y humilde legado, son ellos los que hacen que nuestra tarea
tenga sentido. Gracias por hacer que nuestro derrotero valga la
pena”.
“PARA ENTENDER DE
QUÉ SOCIEDAD ESTAMOS HABLANDO”
No pertenece a esos maestros de
la música que son conocidos popularmente: Gian Di Píramo, violista,
docente y director de orquesta, nació en Montevideo en 1959, y se
formó con los maestros Miguel Szlagyi y Fernando Hasaj. Integró la
Orquesta Sinfónica del SODRE y el Cuarteto Anglo. En 1982 emigró a
Chile, luego a Tenerife, España, donde desarrolló una intensa e
importante carrera. En 1996 regresó a Uruguay, reingresó por
concurso a la OSSODRE y a la Orquesta Filarmónica de Montevideo y
comenzó una importante labor docente, siendo creador y director del
proyecto pedagógico “Eleusis”. Realizó
múltiples actividades más dentro de la
música, en contacto siempre con el exterior.
Al recibir el
Morosoli de Plata a la Música Culta, Di Píramo expresó respecto a
la música que él hace: “después de la Segunda Guerra Mundial,
Japón se quiere poner a tono con occidente y mete la misma cantidad
de orquestas sinfónicas que Alemania. Eso dice algo. También, en
una ciudad de Brasil se iba a instalar una multinacional, y en el
cuestionario de los ejecutivos jefes estaba la pregunta si había
sinfónica en la ciudad, y aclaran, no porque nuestros ejecutivos
vayan a los conciertos, sino para entender de qué sociedad estamos
hablando para hacer negocios; todos los países del mundo tienen
sinfónica, creo que Idi Amin (dictador de Uganda) tenía banda, no
orquesta sinfónica.
Es lindo brindar a los extranjeros el Himno Nacional tocado por una
sinfónica y no por una banda militar, sin desmedro de las bandas
militares, eso es la música clásica o la música culta, representa
la civilización de los países. Uruguay salía de la guerra civil
más espantosa, no había un mango, hicieron el Teatro Solís, porque
no había una ciudad que se respetara si no tenía un teatro de
ópera, por eso lo hicieron. Lo mismo pasó con la Orquesta del
SODRE, la sociedad uruguaya peleó por tener una orquesta sinfónica,
en el 1931 se logra. Por eso es muy importante para mí este
reconocimiento, quiere decir que hacer música culta vale la pena”.
“MEZCLA EMOCIÓN Y
COMPROMISO”
Carlos Benavides
(Tacuarembó, 1949) es compositor e intérprete de canciones que han
sido grabadas por Alfredo Zitarrosa, Santiago Chalar, Numa Moraes,
Julio Mora, Carlos María Fossati, Eduardo Darnauchans, Dino, Pablo
Estramín, en Uruguay, y por Soledad Pastorutti, Soledad Villamil y
Nacha Roldán en Argentina. Ha grabado una veintena de discos y otros
tantos compartidos, obtuvo dos
discos de oro y está por terminar su último CD, “De Almacén y
Bar”. Al recibir el Morosoli de Plata a Música Popular, Benavides
agradeció “este maravilloso premio, que mezcla emoción y
compromiso, emoción por todos aquellos que saben el esfuerzo, el
estudio y la responsabilidad de componer canciones para una cultura
tan hermosa como la nuestra. Y esa responsabilidad es porque hay que
seguir estudiando y trabajando día a día por la cultura de nuestro
país”.
Destacó, como varios
premiados esa noche, la importancia que “esto sea en el interior,
yo soy de Tacuarembó, y digo también que sea en noviembre, porque
es el mes en que se nos fue un gran amigo de gira y a quien le dedico
este premio: Carlos Paravis, o sea Santiago Chalar. Y termino con una
copla de Washington Benavides que siempre me guía: ‘Los versos y
las canciones no esperan en el camino, están dentro y están fuera
de tu corazón, amigo’. Muchas gracias”.
Foto 1: Gerardo
Bergérez: “se lo quiero dedicar este premio a una gran actriz:
Estela Medina, que es una de mis inspiraciones cotidianas”
Foto 2: Horacio Guerriero
“Hogue”: “Trabajo hacia la gente, siempre está la gente del
otro lado, por eso dedico este premio a la gente, a ustedes”
Foto 3: Carlos
Benavides: “Los versos y las canciones no esperan en el camino,
están dentro y están fuera de tu corazón, amigo”
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