Primera Página
habló con la joven Blanca Machín, ex integrante del grupo
denominado Ángeles sin Voz, quien desde hace muchos años trabaja
por el bienestar de los perros de Minas.
Al hacer un poco de
memoria sobre los inicios de Ángeles sin Voz, Machín dijo que “todo
comenzó hace aproximadamente unos cinco años. Éramos un grupo de
colaboradoras, y teníamos los perros en un predio de la Intendencia
que nos habían prestado, hasta el año pasado, donde la propia
Intendencia nos pidió que abandonáramos el lugar, nos sacó el
changa que también nos habían dado. Ahí salimos a buscar un predio
para alquilar. Hablamos con representantes de todos los partidos
políticos, lamentablemente no tuvimos respuestas, y finalmente
pudimos alquilar un predio privado, que es donde hoy en día los
tenemos”.
Este grupo de cuatro
integrantes lo componen, además de Blanca Machín, Nancy Ihitz,
Marina Trías y Graciela Trevelini. Blanca se encarga diariamente de
darles la alimentación y de que no les falte nada. Incluso tienen
respaldo veterinario, mientras que las demás integrantes se encargan
de recolectar el dinero de los socios colaboradores mensuales, que
hacen posible el sustento. “Todos los animales, los 14 que tenemos,
están castrados, desparasitados, vacunados, nunca permitimos que les
falte un veterinario, y alimentados”, enfatizó. “No recibimos
más perros, porque nuestra idea es darlos todos y luego continuar
ayudando en esta tarea, pero desde afuera”, afirmó.
Blanca mencionó que
tenían en curso la obtención de Personería Jurídica de Ángeles
sin Voz, pero que lamentablemente por algunas diferencias, este grupo
quedó desvinculado, y “hoy en día no funcionamos como Ángeles
sin Voz”.
BUSCANDO HOGARES
Más adelante, Machín
dijo que “el trabajo que realizamos actualmente es el de tratar de
colocar a estos 14 perros que aún tenemos”. Al respecto dijo que
hacen “un seguimiento” a quienes solicitan un perro. “Lo
primero que hacemos es ir al lugar y ver en qué condiciones lo va a
tener. Nosotros no estamos de acuerdo en que los mantengan atados. De
hecho donde los tenemos actualmente están en predios de 15 mts x 10
mts, y no hay más de dos animales por predio, y andan sueltos. Si el
lugar es adecuado hacemos firmar un contrato de adopción
responsable, donde se aclara que el animal ya se entrega vacunado y
castrado, exigimos una adopción responsable con el compromiso de su
cuidado y atención correspondiente, y posteriormente se realiza un
seguimiento para corroborar el estado del canino, y si en caso de no
estar en las condiciones acordadas o se constata alguna
irregularidad, se le retira el mismo”.
Comentó finalmente que
“lo que se recauda con los socios no es suficiente, y se invierte
mucho del bolsillo. Además lleva mucho tiempo y es por eso que
buscamos hogares responsables”.
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