Miguel Ramírez, referente del
sindicato de la construcción (Sunca) en Lavalleja, dijo a Primera
Página la construcción en el Uruguay “está acompasada
por la situación país regional, no está en su mejor momento”.
“Las inversiones privadas que son las que tendrían que hacer una
balanza, hoy en día se están retrayendo, o al menos aguantando la
inversión. Hay proyectados muchos miles de metros cuadrados de
construcción, pero hasta el día de hoy creo que hay una expectativa
de saber que es lo que sigue pasando con el dólar y también con el
contexto internacional”.
PRESUPUESTO CORTO
Acotó que “cuando estudiamos el
presupuesto quinquenal a nivel nacional en el Sindicato, vimos una
prioridad en la inversión en infraestructura importante, en
vivienda, que generaría puestos de trabajo, pero igual nosotros
entendimos que, no el presupuesto en dinero, sino el presupuesto en
proyectos para generar mejor y más puestos de trabajo, se quedaba un
poco corto. Obviamente que es necesaria la obra vial, ya que hay
muchas rutas en malas condiciones, pero no genera lo mismo una
fábrica, un liceo o una escuela de mano de obra que lo que genera
una ruta. Además hoy en día la obra de ruta está mucho más
tecnificada donde se hace la mayor parte de la obra con maquinaria, y
cada vez menos trabajadores”.
Indicó que “además tenemos el
estudio de los promotores privados de la construcción y de la Liga
de la Construcción, donde en realidad hay una expectativa de
construcción privada, las dos tienen que unirse para tratar de hacer
un equilibrio para generar más puestos de trabajo”.
CANTIDAD DE COTIZANTES
Al hacer referencia a los cotizantes de
BPS, Ramírez afirmó que “hoy estamos muy por encima de los
niveles normales de la construcción. Nunca tuvo más de 38.000
cotizantes en su tope, que fue allá por el año '98 y el '87. En
estos últimos 10 años hemos alcanzado a tener un tope de 76.000
cotizantes, por lo que fueron picos tremendamente positivos, pero
también con obras muy importantes que albergaban hasta 8.000
trabajadores, como Montes del Plata. Hoy esa empresa no está y esos
trabajadores volvieron a sus departamentos, lo que hace es que haya
más oferta laboral. La demanda sí ha bajado un poco, pero en
realidad lo que quedó es más trabajadores capacitados para trabajar
en la construcción”.
Hoy hay 50.000 cotizantes. “En los
últimos cuatro meses bajamos un 10 porciento, y se espera otra baja
más. Además hay que sumarle que estamos en un año donde tenemos el
Congreso del Sindicato en junio, las elecciones en octubre, en ese
mismo mes se tendría que cerrar el nuevo convenio colectivo y en un
año de nuevo convenio colectivo, las empresas y las cámaras de la
construcción siempre retraen. La mayoría de nuestros convenios
hacen que cuanto más cantidad de cotizantes y afiliados nos suman
puntos salariales, entonces está claro que hay una lucha entre
empresarios y trabajadores, y los empresarios van a hacer todo lo
posible (para tener el) mínimo hasta después del convenio colectivo
para tratar de retraer lo más que se pueda la inversión privada,
eso es una realidad”.
“Estamos con la expectativa de que
tanto el gobierno nacional como el departamental quieren hacer lo
posible para generar fuentes de empleo. Nosotros lo hemos repetido
mil veces, que el puente de Campanero hay que hacerlo sí o sí, nos
parece que era una obra importante para el fideicomiso. Hay otras
obras para hacer, como por ejemplo queda claro que hay miles de
metros de vereda para arreglar. El fideicomiso no se votó y creo
van a tener que volver a discutirlo porque es una de las cosas que
puede generar mano de obra”.
Sobre la Ley de despidos abusivos que está
a punto de votarse, Ramírez dijo que “el Uruguay ahora va a
tener en cuenta a la hora de los despidos, que si no es justificado
el despido, el derecho al reintegro al trabajo lo va a tener el
trabajador, pero además con sus daños y perjuicios. Es muy
importante que esta ley esté promulgada, porque conocemos miles de
historias de despidos abusivos”.
EL DESPIDO ES UN DERECHO
Ramírez aclaró que “el despido
sigue siendo un derecho de la patronal, como también es un derecho
del trabajador el recibir legalmente lo que corresponde ante un
despido, ya que hay situaciones y situaciones. Si uno tiene una
empresa y está en quiebra, y tiene que bajar el personal y lo
demuestra, tiene que ir despidiendo gente, pero previamente hay un
proceso de seguro de paro o suspensión. Si en ese lapso la empresa
sigue con problemas económicos, lo va a demostrar y obviamente va a
tener que despedir gente. Eso es legal y real. Como también sigue el
despido para aquellas personas que cometan una falta grave caso un
hurto, una agresión a un compañero, todas cosas normales que van a
seguir dentro del derecho al despido”.
Acotó que “ahora si por pensar
políticamente distinto, querer sindicalizarse, intercambiar una
opinión distinta con un patrón, miles de situaciones que se pueden
dar y que son injustas, hoy un patrón no lo puede echar. Y eso es
muy importante, más en nuestro departamento donde repito hay miles
de historias”.
FONDO SOCIAL DE LA CONSTRUCCIÓN
Según Ramírez, el Fondo Social de la
Construcción “siempre dice presente cuando se lo necesita”.
“Ahora se acaba de donar casi 4 millones de pesos de los Fondos
Sociales de la Construcción para Dolores en materiales, dinero que
va al Comité de Emergencia, y va a tener que ser justificado con
boletas. Nosotros lo que pedimos para justificar los dineros son
boletas con RUT de materiales. Ahí estamos colaborando, pero también
en todo el Uruguay. Además el Fondo de Vivienda para obreros de la
construcción en los lugares de estos siniestros naturales está
dando el préstamo de 20.000 pesos para materiales, pero sin
reintegro, o sea, el trabajador no lo va a tener que pagar”.
Acotó que “siempre se está dando
una mano a los socios, hace poco culminamos con las mochilas, ahora
nos abocaremos a las entradas para el cine, después el Día del
Niño, y a fin de año con los eventos del cumpleaños del Fondo
Social de la Construcción. Debemos ser el único fondo de un
sindicato a nivel nacional y uno de los pocos que existe en el mundo,
donde a través del aporte de los trabajadores y de los patrones, se
utilizan dineros para becas para chiquilines que hacen estudios
terciarios, convenios vacacionales para que familias de la
construcción puedan viajar y pagar menos el hospedaje y el viaje en
muchos lugares del país, tenemos convenios donde se paga el 50
porciento de un arancel odontológico y lo mismo con las 12 sesiones
psicológicas. En definitiva, son muchos los beneficios que entrega
el fondo”.
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