EDITORIAL
El jueves pasado publicamos en la
página 4 de Primera Página
la información policial, titulando la nota “Procesado por robar
diez pesos”. El título hacía referencia al procesamiento sin
prisión de un joven de 21 años en la localidad de José Batlle y
Ordóñez, por haber hurtado diez pesos en un bar de esa localidad.
La información, contenida en el informe policial original hacía
referencia a “intensas recorridas” de policías de esta
localidad, “en procura de dar con el presunto autor del ilícito”,
y a que gracias a esa labor fue detenido el joven, “a quien se le
incautó entre sus pertenencias un monto de dinero en efectivo
similar al denunciado”, por lo que fue derivado a la Justicia para
ser procesado más tarde, cuando se comprobó su vinculación con el
hurto denunciado.
Que alguien sea procesado por robar diez pesos, y que eso motive una
acción policial de esa magnitud, es insólito, y eso nos movió a
titular de esa manera la información policial ese día.
Pero la noticia era falsa.
No obstante, el error más grave no fue el cometido por quien redactó
y corrigió el informe policial, porque un error de tipeo lo comete
cualquiera. Por algo en los diarios los textos pasan por dos o tres
correcciones antes de ser publicados.
El error más grave fue el nuestro, ya que en la tarea periodística
es prácticamente una obligación chequear o corroborar informaciones
que parecen insólitas o poco creíbles. Y no lo hicimos. Nos bastaba
levantar el tubo del teléfono y llamar a la Jefatura de Policía
para confirmar la información, y seguramente nos habrían aclarado
que se había tratado de un simple error al escribir en una
computadora.
El error, nuestro grave error, tuvo
además bastante trascendencia porque luego de publicar la noticia en
nuestro sitio de internet, esta fue leída y compartida una gran
cantidad de veces, y motivó notas y artículos en otros medios de
comunicación. Con la publicación de una noticia insólita -y falsa-
provocamos perjuicio a la Policía de Lavalleja, a la jueza encargada
del caso, y a nuestros lectores.
Ayer estuve reunido con el jefe y el
subjefe de Policía de Lavalleja. A ambos pedí disculpas, así como
al coordinador policial que estaba a cargo el miércoles pasado,
cuando el informe policial fue enviado a los medios de comunicación
del departamento.
A través de estas líneas pido ahora
disculpas a la jueza, que pasó por un momento amargo o incómodo sin
justificación alguna, y a nuestros lectores.
Si es cierto que de los errores se
aprende, esperamos que haber cometido este nos sirva de buena
lección, para el futuro.
Raúl Vernengo
Director
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