Los ediles del Grupo 59
Alexandra Inzaurralde, Carlos Urtiberea, Pablo Hernández, Gabriela
Silveira y Daisy Navarro presentaron una propuesta sobre cambios de
lugar y de sistema de procesamiento de la basura del vertedero
municipal.
Inzaurralde señaló la
preocupación del grupo por la situación del Vertedero Municipal de
Minas. “Sentíamos que no nos teníamos que quedar en eso, sino que
había que avanzar, y nos seducía mucho la experiencia del
departamento de Florida”. Allá fueron a ver cómo funciona, “y
vinimos encantados con la cordialidad con que nos recibieron todas
las autoridades de la Intendencia de Florida, y cautivados por lo que
ese proyecto significa. Nuestra agrupación cree en ese proyecto y lo
va a hacer propio, y lo va a presentar en la próxima sesión” (de
la Junta).
“VINIMOS
CONVENCIDOS”
Urtiberea destacó que en
Lavalleja llegan unas 20 a 30 toneladas de basura al vertedero por
día. En Florida son unas 40 toneladas, la basura se organiza para
que llegue en horario, donde la recibe un grupo de funcionarios,
exhurgadores de propio vertedero que formaron una empresa. A su vez,
el antiguo vertedero se va a clausurar una vez que la Dirección
Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) apruebe el cambio. La Dirección
de Higiene es la encargada de organizar la basura una vez que llega
al vertedero. Allí se deposita en unas cintas transportadoras, en
las que los operarios seleccionan los diferentes materiales
reciclables, sigue a otro sitio donde se termina de seleccionar todo
lo que sea aprovechable. El material desechable pasa a una máquina
compactadora de alta presión, y esa materia se ingresa a una bolsa
de nylon y policarbonato, confeccionada para que no salga nada de
ahí, se introduce en una cápsula de un metro y medio de diámetro
por dos metros de largo, y estas son trasladadas y depositadas bajo
tierra.
“ES IMPECABLE
TODO”
Dijo Urtiberea que “da
gusto” ver cómo se trabaja allí. “No hay olores, no hay moscas,
no hay humo ni incendios armados, los operarios cerca de allí se
higienizan y se alimentan, es impecable todo. Nada que ver con la
situación que se vive en el vertedero de acá, y esa situación se
viene dilatando desde hace mucho tiempo, y el Grupo 59 ha tenido la
iniciativa de ir a Florida, interiorizarnos del sistema y quedamos
anonadados, porque es algo que se puede aplicar acá en Minas, y va a
ser una manera de solucionar el problema”.
TRES ETAPAS
El proyecto que presentará
el grupo 59 establece tres etapas: presupuestación del equipo que
compacta y cierra las cápsulas, su instalación con galpones, agua,
luz y demás elementos necesarios; otra etapa es el cerramiento del
actual vertedero -para eso hay que contar con el apoyo de DINAMA; y
“en la última etapa, la compra de un equipo para generar energía
con la quema de las cápsulas, y así tendríamos el 100% de la
materia de forma aprovechable”.
Hernández dijo que estaba
convencido de tomar este proyecto como bandera “porque fue un tema
muy recurrente en las elecciones, todos prometían algo, pero después
no se habló más”. “Hoy hay de nuevo fuego, hay humo, hay
contaminación, y consideramos desde el Grupo 59 que es un tema
prioritario. Nos llegó información, fuimos, y comprobamos que
funciona. Trabajan entre 9 y 11 personas, que eran hurgadores, el
resto trabaja en los camiones de recolección de basura. Con las
posibilidades -como dijo Carlos- del aprovechamiento total de los
residuos, y lo que queda en las cápsulas puede ser incinerado para
producir energía, ya hay países que están comprando ese producto
para transformarlo en energía, y por otro lado la importancia social
que tiene este proyecto. No es solo criticar, hablar, y no aportar
nada, nosotros estamos aportando un proyecto posible y sólido para
implementar en corto tiempo”.
HABLANDO DE PLATA
Inzaurralde se refirió a
los costos de una instalación de este tipo. Dijo que la primera
etapa señalada por Urtiberea tiene que ser la de inversión -que
estaría a cargo de la intendencia-, la creación de la planta, que
no necesariamente debe estar completa en sus módulos. En Florida la
planta tiene un volumen de 45 toneladas diarias, costó 1.600.000
dólares, DINAMA solo habilitó la planta cuando estuvo pronto el
cierre del anterior vertedero, y el cierre cuesta 1.000.000 de
dólares. “Después hay que evaluar los costos del tratamiento de
los residuos a través de máquinas de gran porte, gasto de
combustible, y la Intendencia de Florida paga a la empresa que
trabaja allí 13 dólares por cada tonelada. Esta empresa
-argentina-, con experiencia en su país y en Brasil, tiene muy claro
todo, acá tiene a su cargo el personal clasificador, los que a su
vez participan de un porcentaje de la comercialización de los
residuos reciclables, los que se compactan como los plásticos y
salen de allí”. Agregó que el predio en Florida “es de tres
hectáreas, da para 10 años de enterramientos, a los 3 años se
desentierran y dentro de la cápsula se produce una descomposición
anaeróbica, lo que reduce el volumen a la mitad, y se puede
reutilizar en zonas degradadas o venderlas para la producción de
energía, y ese espacio donde se desenterró vuelve a ser
utilizable”.
OBSTÁCULOS Y BUROCRACIA
Señaló Inzaurralde que
“todo cuesta mucho, cuando se emprende un proyecto como este, hay
obstáculos de todo tipo, ellos nos contaron que tuvieron obstáculos
hasta del gobierno nacional, porque dicen que es competencia de la
intendencia, y es cierto, pero se necesita el apoyo y el buen
entendimiento de los organismos centrales que faciliten los procesos.
Nos contaron que cuando muchas veces creían que ya estaba todo
pronto, venía DINAMA y ponía obstáculos, como corregir la letra de
un cartel. DINAMA tiene que poner la voluntad política en el momento
de habilitar proyectos como estos”.
Finalmente expresó que
“hay una luz en el camino, y hay que animarse a poder dar una
solución a este problema, grave, preocupante, y del que si o sí
tenemos que hacer algo”.
AGRADECIDOS Y CAUTIVADOS
Silveira agradeció al
intendente de Florida, Carlos Enciso, al contador Álvaro Rodríguez,
“a quien nos hizo el nexo, Ernesto Piccone”, y al director de
Medio Ambiente Daniel Dos Santos, “los que nos generaron la
seguridad de que si el equipo técnico responde, las cosas se pueden
hacer. Los costos no son imposibles, y desde el punto de vista
social, lograron que los hurgadores trabajen de forma organizada y
con la protección que deben tener -uniforme y calzado apropiado-,
que tengan los derechos que corresponden. Quedamos cautivados”.
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