El
martes a la tarde, entre una reunión con el maestro Ariel Brito
-director de la Fundación Sistema de Orquestas Juveniles e
Infantiles del Uruguay- y otra con el directorio de ADEOM, la
intendenta Adriana Peña recibió a Primera Página en
su despacho, con la energía y alegría que la caracteriza, haciendo
énfasis en algunas respuestas y desdramatizando otras, siempre en
equilibrio lo personal con lo político.
Lo que
sigue es parte de esa entrevista de casi 50 minutos, que recorrió
estos 60 días al frente nuevamente de la IDL, los que han sido “de
trabajo, trabajo, mucho trabajo”, dijo tomándose la cabeza con las
dos manos. Vuelve a mirar y agrega: “estamos poniendo la casa en
orden, no ha sido fácil. No estábamos acostumbrados a ver cómo
llegábamos a fin de mes”.
UN
BALDE DE AGUA HELADA
Señaló
que la situación económica en que encontró la IDL “fue un balde
de agua no fría, helada, con cubitos de hielo”. Recordó que
asumió el jueves 9 de julio, “y ese mismo día me preguntaron a
quién le pagábamos el viernes, y pregunté ‘¿cómo a quién le
pagamos el viernes? A los proveedores’, y me dicen: ‘¿Y a cuál?
Porque hay unos cuantos’; digo yo ‘¿cómo unos cuantos?’ Ya
ahí me prendió una luz roja fuerte, ya estaba mal, porque se estaba
pagando el viernes y no el jueves como siempre se hizo. Dije que
íbamos a volver a pagar los jueves porque es más ordenado y por una
cantidad de razones que hacen a la gestión de la intendencia y de
los proveedores. Les pedí una lista de a quiénes había que pagar y
así veíamos a quién pagamos. ¡Cuándo me trajeron la lista! Se
debían 29 millones de pesos, ¡casi me muero! Y fue el primer día.
El miércoles debíamos 40 millones de pesos, y había más de 60
millones de pesos de deuda”.
GRANDES
TESOREROS
Respecto
a si el contador Gonzalo Alonso, director de Hacienda de la IDL
durante los cinco meses de gobierno de Alfredo Villalba le había
informado, Peña dijo: “Alonso me dijo que íbamos a necesitar el
préstamo de 26 millones de pesos. No sé si él tenía noción de
que esto se debía, porque mucho quedó en órdenes de compra, que
hasta que no llega el momento de pagar el director de Hacienda no lo
sabe, porque no tienen idea de todo lo que se compra, y cuánto va
sumando. Dicen que los directores de Hacienda de las intendencias son
grandes tesoreros, y los tesoreros son los que pagan, creo que Alonso
se sorprendió también”.
UN
GOLPE DURO
Explicó
Peña que para ella “fue un golpe muy duro, se dejó el doble de la
plata que había, justamente pensando que se iba a gastar más,
porque en todos lados pasa que quienes están por unos meses quieren
hacer muchas cosas, y un poco de descontrol hay, en todas las
intendencias pasó lo mismo, pero nunca pensando que iba a ser de
esta manera”.
SALTO
ES DIFERENTE
Peña
hizo hincapié en la situación de las intendencias de todo el país,
y al plantear Primera Página la situación de la
Intendencia de Salto, Peña hizo un gesto y dijo “lo de Salto es
diferente, se destapó una situación que venía arrastrándose desde
hace mucho tiempo. Tenía más de 6 fideicomisos, es como una persona
que no puede pagar un préstamo, y saca otro para pagar ese, y
después tiene que sacar otro para pagar ese otro, y así se hace una
bola que suman intereses, y recargos, que son muy altos, y llega el
momento que te revienta en la cara y no lo podés pagar”.
Al
señalarle a Adriana Peña que una vez que resultó electa, pareció
transmitir con su silencio una postura de “ahora voy a descansar,
cuando llegue el momento veremos con qué nos encontramos, y después
voy a armar el gobierno”. No hubo transición, no asumió con un
equipo de trabajo constituido, como normalmente se hace. Se ríe ante
la observación del periodista, y dice: “Nunca me habían dicho
eso, ni me habían preguntado eso. Te voy a decir, a calzón quitado
como hablo yo. Terminé la elección muerta, muy agotada, y me tomé
vacaciones, las necesitaba, después de cinco años en que no había
parado. Junto con las vacaciones empecé a transitar una vida nueva
personal. Entonces, sí, me permití vivir esas vacaciones. Y cuando
volví dije vamos a parar la pelota, organizar, y además con una
convicción: en este período las cosas van a ser distintas. Hay una
experiencia de cinco años de gobierno, queríamos empezar a trabajar
teniendo en cuenta que habíamos ganado y que llegamos en base al
trabajo de un grupo humano, que es amplio. Y cuando empezara a
transitar el gobierno se coordinaría con cada una de las personas
que nos ayudaron, que trabajaron, a ver en qué lugar iba cada uno,
como hace el presidente de la República, o los intendentes, según
sus aptitudes, sus ganas y su trabajo como grupo, también coordinar
las presidencias de la Junta Departamental. Una vez que asumimos tuve
que tirar todo por la borda, cuando vimos que no teníamos plata para
llegar a fin de mes y pagar los sueldos. Se trastocó todo. Era una
triste y cruda realidad que llevó a que parara todo y a que
asumiéramos eso”.
¿Usted
no se arrepiente por toda la angustia y desazón que provocó en los
municipales por haber dicho que no había dinero para pagar los
sueldos, 18 días antes del 31 de julio, cuando fue a la Junta a
pedir que le aprobaran la línea de crédito de 120 millones, y
después los sueldos se pagaron sin la línea de crédito aprobada?
¡Era
la verdad!
Pero
los sueldos se le pagaron. Habrá hecho maravillas, pero el dinero
estuvo, y la gente se comió casi 20 días de incertidumbre y
desesperación.
Sí,
hice maravillas absolutas. Que además dolían, que eran difíciles:
cortamos horas extras, cortamos contratos, cortamos el pago de todo,
hablamos con las empresas, con las instituciones públicas y
privadas, con todo el mundo, le decíamos ‘no me corte, no me
tranque, porque no les puedo pagar este mes, porque tengo que pagar
los sueldos, es lo primero’. Hicimos una serie de modificaciones
para trancar absolutamente todo y solo pagar sueldos. Y así
seguimos, organizamos los sueldos, y vemos qué pagamos, porque solo
tenemos 45 millones de pesos habilitados directos. Sacamos 15
millones, se pagaron deudas, sueldos, pero con la adecuación que
hicimos. Si hubiéramos seguido el mismo tren que veníamos, ya no
teníamos nada.
¿Se
pagó el aumento del ajuste por IPC que correspondía?
No,
eso no se pagó. Se paga en setiembre la primera cuota. Eso también
lo tuvimos que cortar, se tendría que haber empezado a pagar en
julio, pero no lo podíamos hacer.
¿Sigue
siendo la directora de Hacienda?
No,
estoy de ordenadora de gastos, la directora de Hacienda es la
contadora Tania Pereira, y tenemos un asesor brillante, uno de los
mejores del país, el contador Daniel Sureda, es de las personas que
sabe más de municipios.
¿Las
otras direcciones?
Analía
Grandi, Turismo; Nelson Hernández, Prensa; José Bentos, Servicios
Agropecuarios; Gastón Elola, Vialidad; Servanda Apecechea, Jurídica;
Gerardo Peña, Servicios Técnicos; Adriana Baladán, Familia y
Mujer; Carlos Draper, Tránsito; Mauricio Baubeta, Deporte y
Juventud, que se unió porque son dos áreas relacionadas, que no
trabajaban muy coordinadamente y creímos necesario ponerlas juntas,
dejando como coordinadores a Ariel Aviaga y Manuel Rodríguez que
venían trabajando muy bien. José Belloni es coordinador de Casa de
la Cultura y Molino Viejo, y en el teatro no hay nadie nombrado; Juan
Carlos Falchetti, en Higiene, está nombrado pero no asumió, porque
es un pase en comisión; falta el nombramiento en Servicios Sociales.
Renunció
el arquitecto Carlos Fabini, director de Arquitectura, hace pocos
días. ¿Por qué?
Renunció,
sí. Tiene un cúmulo de trabajo privado, le exige mucho tiempo, y es
imposible que estuviera en dos lugares a la vez. Por ahora no asumirá
nadie, está la jefa de Parques y Jardines que es Ileana Pío, y en
construcción está el arquitecto José Fornaro.
A
fines de agosto se sacaron varios cientos de changas. ¿Por qué se
tomó esa decisión?
En
realidad no es tan así. Tenemos contratos, se hicieron 500
contratos, que ya venían como zafrales, algunos se les hizo a 6
meses, todos los que traían antigüedad desde diciembre del año
pasado, esos siguieron como zafrales, y el contrato de los seis
meses, no se cortó. Hay otro grupo que venía y gente nueva, que se
les hizo contrato como funcionario. A la gente que no cabía en el
cupo que hay en el presupuesto para contratarlos, se les notificó
que se les terminaba el contrato en el mes y pasaron a rotar como
zafrales. Los que tienen contrato por la Ley de Discapacidad -que no
se cumplió como correspondía- se les pidió que presenten el
certificado de discapacidad y se los reingresa, lo mismo los de la
Ley de Afrodescendientes. Además la intendencia acoge a gente con
problemas de violencia doméstica que nos manda el Juzgado, con
personas del vertedero municipal, con los privados de libertad, con
madres jefas de hogar sin trabajo, todos entran y van rotando, porque
no podemos más, es todo en un marco de necesidad de la institución,
porque los números no dan, y la gente paga los impuestos para que se
hagan obras y servicios.
¿Estas
modificaciones no son pasibles de juicios a la IDL?
No,
no. Los contratos que hace la intendencia son bien claros, se pueden
reincidir avisando con un mes de anticipación. Podíamos decir que
no entra nadie más, pero no, los vamos a ir rotando. La IDL siempre
ha dado un fin social con los discapacitados, o con los
afrodescendientes, nunca se les pregunta si son discapacitados o
afrodescendientes, porque es una discriminación, y estamos muy por
encima del 8 % que marca la ley. Aquí entra todo el mundo. Respeto a
los afrodescendientes, se ha trabajado mucho, hay dentro de Familia y
Mujer una oficina que atiende la problemática afrodescendiente.
Se
le cuestiona por la oposición y por ediles del Partido Nacional, las
presentaciones a la Junta de sus solicitudes de aprobación de
proyectos, como fueron en enero las Directrices de Ordenamiento
Territorial y recientemente la línea de crédito y la amnistía.
Acusan falta de información y razones, alcances de sus pedidos,
desprolijidad y poco claros los textos. ¿Qué pasa?
¡Es
política! He escuchado tantos disparates. También algunas cosas
acertadas. Veo mucho desconcierto en la Junta, me preocupa. He visto
faltas de respeto al presidente (Alcides Larrosa) y a ediles que
están muy desubicados. Hay algunos que creen que son tiempos
políticos, están equivocados. Yo me callo, trabajo y sigo, no tengo
tiempo de contestar. Cuando pedimos en la Junta la línea de crédito,
fuimos, y no podía salir de mi asombro de lo que me preguntaban a
dos días de haber asumido, porque eran cosas que no las sabía yo,
porque hasta hoy siguen apareciendo deudas. Me preguntaban cuántos
funcionarios tienen, y tenía que decir “no sé”. Nos encontramos
que hay funcionarios que tienen hasta tres contratos, y no sabíamos
a fin de mes qué había que pagar. Había gente que no tenía
contrato. Se cometió algún error, porque eran 500 personas, y había
que apurar los tiempos porque los contratos se tenían que terminar.
La IDL pasó de tener un presupuesto de 60 millones de pesos a uno de
90 millones de pesos mensuales. Nosotros pretendemos volver al
presupuesto de 60 millones con obras de todo tipo y en todos lados.
¿Obras?
Muchas,
por suerte. Se están reacondicionando calles, caminos, bitumen
nuevo, hormigón, las veredas se van a seguir arreglando, y es
terrible el estado de algunas calles, cordones y veredas por la
circulación de transportes de gran porte. Mientras la Junta no
apruebe la prohibición de circulación de camiones a la planta
urbana, este problema lo vamos a seguir teniendo. Lo van a tener que
tratar, y van a tener que votar, porque además de lo que rompen, es
un peligro, no sé si están esperando que maten a alguien para
hacerlo. También se está trabajando en el anillo perimetral, pero
eso va a llevar años.
¿Las
plazas, la doble vía en Las Delicias, cómo vienen?
Muy
bien, la Plaza Libertad a partir de julio empezó a transitar a pasos
agigantados, venía lenta porque yo no sabía que no se les estaba
pagando. Tenemos previsto inaugurarla en marzo. La obra de Las
Delicias viene bien, pero ha tenido sorpresas, porque se tuvo que
cambiar una línea de media tensión de UTE, que sale mucho dinero y
lo paga la intendencia. Hubo que cambiar línea de agua, de
electricidad y fibra óptica. Hay invasión de casas en la ruta. Pero
se viene transitando bien. Plaza Rivera se está por hacer el llamado
para la colocación de la pérgola, va a quedar hermosa. Y están
para terminar varias obras, como el comedor de La Rambla al que hubo
que rectificar muchas cosas, que son producto del apuro de hacer una
obra cuando no hay tiempo. Hay que hacer un amojonamiento a La Rambla
para que la corriente no la lleve, y todo es dinero, es mucho dinero.
Se está trabajando en el Cementerio del Este, regularizando
panteones. No nos podemos meter en más porque no hay plata, y hay
que pagar lo que hay.
¿Se
arrepiente de haber dejado cinco meses a Alfredo Villalba al frente
de la IDL?
¿Cómo
saber que iba a ser así? Además, si en mayo lo hubiera sabido no
hubiera continuado el gasto, porque la Junta Departamental hubiera
actuado, y al ganar me hubiera interiorizado mucho más, y hubiera
puesto trancas en la rueda. Pero no me lo dijeron.
¿Qué
es lo mejor y lo peor de la gestión de Villalba?
Algunas
cosas hizo bien. Ensanchar la calle frente a la Terminal estuvo muy
bien. El comedor de La Rambla va a quedar lindo, aunque hubo que
cambiar muchas cosas del saneamiento, hacer pozos negros. Creo que el
querer hacer tantas cosas y no tener tiempo para terminarlas fue lo
peor. Los cambios de las paradas algunas están bien, pero en la
plaza Libertad no puede ir ahí, por la transformación de la plaza
no va a ir ninguna parada. Y los flechados de calles, ahora el
director Carlos Draper le voy a trasmitir lo que los vecinos dijeron,
hará un estudio y se verá si se modifican.
¿Es
complejo gobernar un departamento?
No. Es lindo. La lástima es que nunca terminas.
Enfrentas un problema y hay otro, y otro. Lo difícil se vence en la
medida que se tenga voluntad por parte de todos de hacer las cosas y
que el control de los directores esté presente. Con ese control se
hace mucho más fácil. Un segundo período es enderezar, cambiar,
probar cosas nuevas que no se pudieron hacer en el anterior. Por eso
en este período al nombrar directores tenía en claro cuales iban a
ser de determinadas áreas, los demás vamos a ver. Hay acuerdos
políticos, pero sé cuál es hoy la gente a la que sé que les
entrego la dirección y me olvido. Analía Grandi a quien quiero
mucho, pero además la admiro, y agradezco su disposición; Gerardo
Peña por supuesto, sé su capacidad de trabajo, hay diálogo; Gastón
(Elola) exactamente lo mismo, porque aunque ahora es mi pareja, iba a
ser director desde antes, fue jefe de campaña de nuestra agrupación
ampliada, le tuve la confianza suficiente para darle la organización
de una campaña política, y supe que el cargo de director de
Vialidad iba para él. Y así con todos los que nombre.
¿Es
cierto que se casa este año?
No
tenemos pensado, por ahora no.
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