Si bien el Frente Amplio lograría tener más
intendencias luego de la elección de ayer –resta confirmar resultados favorables en Paysandú y Salto-, el ánimo en muchos dirigentes
frenteamplistas nacionales no era anoche el mejor: la coalición de izquierda
perdió a manos de los blancos uno de los departamentos más emblemáticos del
país, Maldonado, luego de haberlo gobernado durante diez años. El blanco
Enrique Antía, que ya fue intendente de Maldonado, volverá a ocupar la
titularidad del ejecutivo en ese departamento, el que tiene el mayor
presupuesto por habitante de todo el país.
La elección de ayer confirmó un amplio triunfo del Frente
Amplio en la capital, y Daniel Martínez –“el candidato de la gente” de la
elección anterior, que no fue ni intendente y ni siquiera candidato por un
acuerdo de cúpulas para llevar a Ana Olivera al sillón municipal capitalino-
arrasó como se preveía (32% de los votos), prácticamente duplicando los votos
de la ahora exprimera dama, Lucía Topolansky (17%), quien igualmente resaltó y
festejó que el FA logró el triunfo en la capital por sexta vez consecutiva. En
las elecciones departamentales anteriores, la frenteamplista Ana Olivera logró
el triunfo, pero con una gran cantidad de votos en blanco, fundamentalmente de
frenteamplistas descontentos con la forma en que se resolvió la interna.
En la capital, el otro gran triunfador fue Edgardo Novick
(21% del total de votos), candidato de la Concertación pero con un fuerte
perfil colorado, que logró el segundo lugar, por delante de Topolansky. Novick,
cuya candidatura fue planteada en un principio como la “independiente” dentro
de la Concertación –Álvaro Garcé fue el candidato blanco y Ricardo Rachetti el
colorado- recibió un fuerte apoyo en sectores colorados históricamente
vinculados al pachequismo –el propio Pedro Bordaberry lo sostuvo así
públicamente- y logró una excelente votación… a expensas de Rachetti (logró un
escuálido 2%). Novick se perfila ahora como una figura de mucho peso en la
interna colorada, de un modo bastante sui géneris, porque su discurso fue
fuertemente populista –apelando a sus inicios como feriante cuando es ahora un
gran empresario, apelando al trabajo duro y a la eficiencia- y hasta su campaña
hizo fuertes referencias a la izquierda, con el uso del color verde que
usualmente utiliza el Partido Socialista, y con eslóganes como “un cambio de
frente”.
En Canelones Yamandú Orsi –que ha sido secretario general de
la Intendencia por años-, del FA, logró un holgado triunfo, por lo que el FA
también retendrá ese departamento, el segundo en cantidad de votantes de todo
el país, luego de Montevideo.
Lo mismo ocurrirá al parecer con Rocha, donde ha gobernado
uno de los intendentes con mayor popularidad del país, Artigas Barrios. Esa
popularidad, basada en una gestión que los vecinos rochenses consideran muy
buena, fue un factor de peso para el triunfo del candidato del FA Aníbal
Pereyra.
También parece confirmado el triunfo del FA en Río Negro
(Oscar Terzaghi), y la coalición de izquierda disputaba anoche las intendencias
de Paysandú (con los blancos) y Salto (con los colorados), mientras veía perder
también la de Artigas, hasta ahora en manos de Patricia Ayala, del MPP, el
grupo del expresidente José Mujica.
El Partido Colorado logró un cómodo triunfo en Rivera, tal
como se preveía, y Marne Osorio ocupará nuevamente el cargo. La otra
intendencia en la que los colorados tenían chance de lograr el triunfo era la
de Salto, disputada con el FA. Allí el colorado Germán Coutinho peleaba anoche
por la reelección, luego de haber atravesado un fin de gestión bastante
turbulento, hasta con denuncias por no pagar aportes y cuotas de créditos del
BROU a funcionarios municipales, y de haber sido candidato a vicepresidente de
Pedro Bordaberry.
El Partido Nacional fue uno de los mayores triunfadores en
la elección de ayer. Luego de haber obtenido resultados preocupantes en las
elecciones nacionales de octubre y noviembre, con fuertes retrocesos en
departamentos como Cerro Largo –donde triunfó el FA-, logró mantener
prácticamente todas las intendencias en las que ya gobernaba (a no ser Río
Negro, y quizá Paysandú), y al mismo tiempo sumar dos nuevas que estaban en
manos del FA (Artigas y Maldonado), para encabezar, si logran también ganar en
Paysandú, en 13 de las 19 intendencias del país. Los blancos, aún si finalmente
no ganan en Paysandú, reafirman su hegemonía en el “interior profundo”, si
hablamos de gobiernos locales. Fuera de Montevideo y Canelones, los blancos
conservaron su hegemonía, y en algunos departamentos consiguieron amplias
ventajas sobre el FA.
Una vez más, quedó claro que las elecciones departamentales
y municipales no tienen un vínculo estrecho, en cuanto a las preferencias de
los votantes, con las elecciones nacionales. El blanco Botana logró un triunfo
cómodo en Cerro Largo, a pesar de la relativamente magra votación lograda por
los blancos en el mismo departamento en octubre.
Muchos tuvieron razones para festejar anoche, pero, a la luz
de los resultados, quienes más festejaron fueron los nacionalistas. A las
muchas intendencias que ya gobernaban, sumaron ahora la perla del Este,
Maldonado, luego de diez años de gobiernos frenteamplistas en tierras
fernandinas.
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