Todo indica que Alfredo Villalba asumirá el cargo de
intendente de Lavalleja el lunes próximo, aunque al cierre de nuestra edición
eso todavía dependía de aspectos legales y legislativos –que la Junta aprobara
la renuncia de Adriana Peña anoche, que se convocara a Villalba a asumir el
cargo-.
No obstante, la transición, al parecer, está en marcha desde
hace tiempo.
Hace ya varios días que la intendenta Peña anunció en medios
montevideanos que se presentaría a la reelección en las elecciones de mayo
próximo, y fue designada por la Convención Departamental del Partido Nacional
del jueves como una de los tres candidatos blancos (los otros son Herman
Vergara y Tomás Casas). Una de las particularidades de la convención del jueves
fue, justamente, que los convencionales de la Lista 44 liderada por Alfredo
Villalba, apoyaran en bloque a uno de los tres candidatos, Tomás Casas, cuya
candidatura, según fuentes nacionalistas, era algo deseado por el sector que
apoya a
Adriana Peña. La aprobación de la candidatura de Casas con el apoyo de
la lista de Villalba puede significar por un lado la intención del dirigente
nacionalista de mantenerse dentro del Partido Nacional –luego que en noviembre
anunciara que votaría por Tabaré Vázquez en la segunda vuelta de las elecciones
nacionales-, fortaleciendo su presencia en la interna blanca, y por otro lado
que su vínculo con Peña haya mejorado, al votar sus convencionales por un
candidato que la propia Peña deseaba que se presentara en mayo.
Fuentes de la Intendencia de Lavalleja confirmaron a Primera
Página que esta semana todos los directores de la IDL presentaron
renuncia a sus cargos. Esto, según estas fuentes, se debe a que se trata de
cargos de confianza política cuyos titulares responden a Peña, y por otro lado
a que se desea dejar con las manos libres a Villalba para que éste trabaje con
su propio equipo. No obstante, Adriana Peña dijo a sus directores que “no será
mal visto” si son convocados por Villalba a trabajar con él durante su gestión.
Ha trascendido que al menos un director o directora –o incluso más de uno-
podría mantenerse en el cargo, pero esto no ha sido confirmado ni por Peña, ni
por Villalba ni por ninguno de los directores salientes.
Teresa Arrillaga, persona de confianza de Alfredo Villalba,
se habría reunido varias veces con la intendenta Peña para hablar de la
transición en el gobierno ejecutivo departamental, y las reuniones se han
realizado en un marco de “buena voluntad”, según las fuentes. Además, Villalba
y Peña podrían “juntarse a conversar” en pocos días.
Al menos uno de los directores salientes de la
administración de Adriana Peña aconsejó a todo el personal a su cargo que
evitara en el futuro confrontar de manera alguna con el nuevo intendente, y que
no publicaran ni en las redes sociales de internet críticas hacia la nueva
administración.
CAUTELA DE ALFREDO VILLALBA
Primera Página consultó a Alfredo Villalba sobre su muy
probable asunción como intendente el lunes próximo, pero este se mostró muy
cuidadoso y cauteloso sobre el tema.
Villalba dijo que “falta la Junta”, y que hasta no se
proclamado no haría declaraciones o emprendería acción alguna.
No obstante, Villalba reconoció que se ha hablado con Peña
de la transición, y que en las reuniones se comunicó a Peña que Villalba
trabajaría con su propio equipo de gobierno. Además, y seguramente previendo
que el lunes efectivamente asumirá como intendente, Villalba dijo que lo
primero que haría al asumir sería reunirse con el contador de la IDL y con los
responsables del área jurídica, para conocer la situación económica de la
comuna y los juicios en curso en los que la IDL está involucrada. Villalba dijo
que desea evaluar rápidamente “si se puede ahorrar plata y cómo”, y evaluar
“cómo está la casa”. Anunció además que una de las primeras acciones que
emprendería como intendente sería reunirse con el sindicato de los funcionarios
municipales, ADEOM.
Villalba dice que ha cambiado mucho, y que no ha forzado
situación alguna: “ahora soy un tipo racional; antes era pasional”, dijo a Primera
Página.
Su actitud y su trabajo serán claves en estos meses en
los que seguramente ejerza como intendente, y pueden incidir sin duda en el
desarrollo y el desenlace de la campaña electoral departamental, y determinar,
claro, su propio futuro político. Una buena gestión, y que sea percibida como
tal por la ciudadanía, puede significar para Villalba un espaldarazo político.
Una mala podría erosionar el capital político-electoral que aún posee.
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