El
senador Luis Alberto Heber, presidente del Honorable Directorio del Partido
Nacional, estuvo en Minas días atrás, y conversó con Primera Página. Lo que
sigue es la entrevista realizada en la Departamental Nacionalista.
¿Qué evaluación hace de las distintas etapas
electorales vividas en el 2014?
Son
varias, el partido pudo renovarse a sí mismo, generó un nuevo liderazgo, un
nuevo estilo, que tuvo como consecuencia
primero ganar la interna, fue preferido por los blancos, y llevó al partido a
crecer, del 29% en la elección anterior, al 32 % en la elección nacional de octubre,
es el único partido junto al Partido Independiente, que creció. El Frente
Amplio se mantuvo y el Partido Colorado bajó. Lo que deja claro que el
liderazgo, y la renovación del PN tuvo éxito, creció. Hizo un balotaje que
genera el 43% frente al 54% de un hombre que ya había sido presidente, alguien
que estaba consolidado como Tabaré Vázquez. Hay
que pensar que hace dos años
atrás no se podía asegurar que el PN tuviera la oportunidad de tener una
candidatura que pudiera provocar el balotaje. Luis (Lacalle Pou) fue un
elemento nuevo, que como pasa siempre, es muy traumático para los partidos la
sustitución de los liderazgos. Hay un acostumbramiento de la dirigencia a un
estilo, a una forma de llevar el partido, y cuando hay un cambio sustancial, se
produce un trauma, que en esta oportunidad fue muy bien aceptado por la
dirigencia y el pueblo blanco. Entonces hay que decir que la evaluación es
positiva. Algunos dirán cómo va a ser positiva si no ganaron, a veces las cosas
no se dan como uno quiere, pero estoy seguro que se van a dar como uno quiere.
Lo importante es que estamos bien preparados, lo estuvimos para ésta provocando
un balotaje, y estamos más que preparados para la próxima.
Se generó un líder, ¿pero también se percibe
un partido unido?
Sí, sí.
El rol que cumplió Jorge Larrañaga, como candidato a vicepresidente, fue muy
importante. En las dos instancias tuvo un protagonismo y una fuerza que otros
candidatos a la vicepresidencia no tuvieron, por eso también surge un nuevo
estilo de conducción partidaria. No vi tantas intervenciones de Raúl Sendic, ni
de Germán Coutinho, ni de Conrado Ramos, con todo respeto lo decimos. Jorge
Larrañaga cumplió un rol muy importante, lo que genera una conducción
compartida, más allá que el candidato sea Lacalle Pou, es una conducción
bilateral, tenemos a Alianza Nacional y Todos Hacia Adelante -donde está el
Herrerismo-, se generó una buena comunicación y consolidación de la unidad
partidaria. Eso se está dando en todos los departamentos.
¿Qué expectativa le genera el nuevo gobierno
del FA? ¿Lo sorprendieron los nombres del nuevo gabinete?
No. La
designación del gabinete fue buena, porque el presidente electo no se dejó
presionar por la interna del FA, eso es una buena señal, porque la gente vota a
un presidente y este tiene que presidir, no tiene que ser dirigido o
condicionado, y por eso es bueno lo que hizo. Incluso si los caminos que agarra
no son los más correctos, me parece bueno que demuestre que es el quien lidera,
porque para eso se lo votó. Yo no lo voté, pero quienes lo votaron, lo hicieron
para eso. Sobre las expectativas de cambio, yo no tengo muchas, porque vemos en
el gabinete una continuidad, no hay muchos cambios. (Eduardo) Bonomi sigue
siendo el ministro del Interior, y ese era un reclamo urgente de la población,
más seguridad, y él no la va a dar, siempre va a justificar o poner excusas,
generar suspicacias, para no asumir sus propias culpas y responsabilidades no
cumplidas. La única novedad del gabinete Rodolfo Nin Novoa en la Cancillería,
es un hombre al que conocemos mucho, es un gran nacionalista frente a la
posición exterior. Esperemos que le dé una impronta de unidad nacional de la
proyección del país en el exterior, y no la ideologización de la política
exterior, sino el interés nacional, esas fueron sus declaraciones, convocando a
participar a otros partidos políticos, y diciendo que Uruguay se debe mostrar
unido hacia fuera, aunque tengamos diferencias adentro, eso es una buena señal.
Ojalá cambie la política exterior, porque en manos de (Luis) Almagro y del
presidente (José) Mujica ha sido muy mala.
Lavalleja sigue siendo un bastión blanco, a
pesar de algunos hechos.
Sin duda que es un bastión blanco, y por mucho
tiempo más. Está reunión aquí en la Departamental, con todos los dirigentes más
importantes, con acuerdos muy buenos, con un buen relacionamiento, demuestran
la unidad del PN en Lavalleja, más allá que han vivido situaciones difíciles,
pero son cosas internas y uno no debe meterse. Además ya pasaron, o casi (se
ríe). El PN tiene muy buena salud y va a seguir gobernando el departamento.
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