En la concentración realizada en plaza Libertad en repudio al
asesinato de Paola González estuvo la directora de la Oficina de Familia y
Mujer de la IDL, Adriana Baladán, y la directora del MIDES Lavalleja, Perla
Morandí. Primera Página habló con ambas.
CONCIENTIZANDO
Adriana Baladán señaló que “la convocatoria se hizo para tratar de seguir
concientizando a la población en todos estos temas que atañen a la violencia
doméstica, después que el miércoles fuera asesinada una mujer en este mismo
lugar, por parte de su marido”.
Expresó que es “evidente” que con lo trabajado sobre violencia doméstica
“no alcanza”. “Hay que seguir proponiendo nuevas herramientas, haciendo nuevas
acciones, porque lamentablemente estos temas necesitan ser atendidos, y
necesitan el compromiso de todos, porque nos abarca a todos, tenemos que estar
atentos, prevenir, cuidar, porque a veces los distintos miedos que tiene la
mujer sobre la que ejercen la violencia doméstica no la dejan denunciar”.
PROBLEMA SOCIAL
Cuando se le señaló que este hecho es un tema de violencia doméstica,
no de inseguridad, Baladán respondió que “es así, personalmente es un problema
grave social, se han perdido muchos valores de educación, valores familiares, y
también se sabe más, porque a pesar de los miedos, las mujeres se animan a
denunciar, por eso hay que seguir trabajando en valores”.
“VEREMOS QUE PODEMOS HACER”
Al señalarle que quedan cinco hijos chicos, sin madre porque la
asesinaron y sin padre porque está preso, ¿cómo se les puede brindar apoyo
desde la IDL? Baladán respondió que “mañana (por ayer viernes) nos vamos a
poner en contacto con la familia para lo que necesiten y esté al alcance de
nuestra oficina. No será fácil, es un proceso muy complejo, no solo en lo
material, también y sobre todo en lo psicológico y de la IDL veremos qué
podemos hacer”.
REPUDIO
Perla Morandí, quien estuvo en la plaza Libertad a pesar de estar
convaleciente de una fractura en una pierna, dijo que “lo ocurrido es de esos
hechos que uno nunca quiere que pasen, se han realizado marchas, convocatorias,
pero adhiriendo, no como en este caso donde repudiamos un hecho de violencia
doméstica acá en Minas, que le costó la vida a una mujer, una madre, una
trabajadora, hecho culminante de una situación que seguramente ya se vendría
reiterando desde hace mucho tiempo. Es la muerte de una mujer más en el Uruguay,
y que suma a las estadísticas que no queremos que crezcan nunca, pasó y ahora
vemos el problema frente a nuestros ojos”.
ATENDER A LOS HIJOS
Sobre la situación de los hijos de esta pareja, Morandí expresó que
momentos antes había estado conversando con una docente que le expresaba su
preocupación por los niños que quedan. “Nada repara lo sucedido, pero el estado
tiene mecanismos como para poder apoyar a los menores de edad que han quedado
sin los dos padres desgraciadamente. La persona que quede a cargo de ellos va a
tener una pensión por cada uno de los menores, y la atención psicológica que es
lo más importante y lo más urgente, que se debe coordinar en los centros de
salud, o a través de INAU en el Centro de Estudios y Derivación, en el lugar
donde estén esos niños. Tienen que ser atendidos para que esta situación tan
ingrata no los afecte demasiado. Es una atención rápida, y la pensión es cada
vez más ágil”.
DESCONOCIMIENTO
Morandí se refirió a algunas declaraciones, “las que nos han asombrado”,
“porque demuestran un desconocimiento total de lo que es la problemática de la
violencia doméstica. Están estudiados todos los aspectos desde lo jurídico a lo
psicológico, y hay un perfil determinado sobre el hombre violento. Un hombre
violento ante la sociedad, es la mejor persona, es la más buena, se lleva bien
con todo el mundo, es el mejor vecino, el mejor compañero de trabajo, pero
dentro del hogar es donde ejerce la relación de poder sobre los más débiles,
que son fundamentalmente las mujeres y los niños. Cuando oímos decir que ‘era
tan buena persona’, hay que saber que esa buena persona no podía haber llegado
a lo que llegó, mató a una mujer cobardemente, y dejó a sus hijos sin su madre.
Era su esposa, y estaba en el lugar donde se supone que tiene las mayores
defensas que es el hogar, con la persona que uno eligió para vivir una vida de
amor, y fue una elección por amor, pero ahí en el hogar es donde estaba el
terror, y donde debía cuidarse más que en cualquier otro lado, más que en la
calle, que en el trabajo, que en un baile. Esta violencia es muy especial y
diferente, porque se da en el lugar donde uno debiera estar más seguro y con
quien debiera estar más seguro”.
HAY QUE DENUNCIAR
Insistió Morandí en que “las mujeres tienen que denunciar, y cuando
hay amenaza de muerte tienen que protegerse, hay que reclamar para que la
protección llegue, para eso están las instituciones que tiene la obligación de
proteger, y también para eso está la sociedad, que tiene que estar atenta para
que nunca más pase y no lleguen a este extremo. Nosotros como sociedad tenemos
que proteger a quienes lo necesiten”.
CONFUNDIR
Al preguntarle si se ha querido confundir
violencia doméstica con inseguridad Morandí fue rotunda: “Exactamente, no lo
voy a discutir, hoy lo que nos ocupa es que siguen habiendo atentados graves
contra las mujeres, y nos tienen que movilizar como sociedad, tanto a hombres
como mujeres, no es lo mismo un hecho de inseguridad, en la calle, entre
extraños con un móvil material la mayoría de las veces, a estos hechos donde
hay relación familiar, convivencia”.
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