Ayer a las 11 de la mañana se realizó en la
Plaza Libertad un acto con motivo del 189° aniversario de la Declaratoria de la
Independencia.
Estuvieron presentes en el acto –en una
ventosa y bastante fría mañana- casi exclusivamente autoridades civiles y
militares. El “público en general” brilló por su ausencia.
En la Jefatura de Policía –frente a donde
se realizó el acto- ondeaban tres banderas, el Pabellón Nacional y las banderas
de Artigas y de los 33 Orientales. Las mismas tres banderas estaban en la
Confitería Irisarri y en el Juzgado que hay frente a la Plaza Libertad. En la
Catedral, que se veía como telón de fondo, además de las tres banderas había
una cuarta, amarilla y blanca, del Vaticano. En la propia plaza había muchas
banderas. Las tres que se izaron frente al monumento a Lavalleja, y otras 15
más: tres de la guardia de honor de jefatura, y cuatro juegos más de tres
banderas, de las guardias militares de la División de Ejército IV, de la
Brigada de Infantería, del Batallón de Infantería N°11 y del Grupo de
Artillería de 105 mm que tiene su sede en las afueras de nuestra capital
departamental.
Entre las autoridades presentes estaba la
intendenta Adriana Peña, el presidente de la Junta Departamental Darío Lorenzo,
los dos diputados en funciones por el departamento, Javier Umpiérrez (Frente
Amplio, FA) y Mario García (Partido Nacional, PN), el comando de la Jefatura de
Policía y de las diversas unidades militares estacionadas en Minas o sus
cercanías –incluyendo al comandante de la División de Ejército IV, el general
Nerys Corbo-, el jefe de Bomberos Manuel Brum, autoridades del Consejo de
Primaria, del Club de Leones, y de Chiquillada.
Un
poco de historia
El profesor Alex González, del Instituto de
Formación Docente, fue el responsable de la oratoria. González recordó que fue
el período artiguista “nuestro primer ensayo de vida independiente”. “Luego
–agregó- la nación va adquiriendo conciencia histórica y conciencia de sus
valores a lo largo de una difícil peripecia muy turbulenta, afectada por
acontecimientos internos y externos”. Según el docente, el proceso de
independencia tuvo desde sus inicios “un único norte, la libertad, que buscaban
todos, incluso los de bandos opuestos; se hizo de ella una bandera de contenido
cambiante y heterogéneo”. “Antiespañola primero, antiportuguesa después, antiporteñista
luego y, por último, antibrasileña”. Recordó que además, la palabra “libertad”,
el 19 de abril (de 1825) “se desplegaba en el pabellón tricolor, contrapuesta
con la palabra ‘muerte’”. En ese entonces fue Juan Antonio Lavalleja, dijo
González, quien se dio a la tarea “de levantar el espíritu de las masas
uruguayas contra la dominación extranjera. Allí se pondrá en evidencia el
sentido de organización de Lavalleja, ya expuesto en los tiempos de Artigas.
Por eso, para darle contenido cierto, para precisar su alcance, aquéllos mismos
hombres que conquistaron la libertad, redactaron la ley. Redactaron la ley,
porque la libertad sin ley es un impulso sin meta, es una fuerza sin control.
Esa primera ley fundamental del 25 de agosto de 1825 en Florida, es la que
libera a la provincia del yugo extranjero, declarando la nulidad de todos los
actos que la mantenían unida con Brasil y Portugal, agregando en el párrafo
final, ‘y de cualquier otro del universo’. De esta manera quedaba manifiesta la
capacidad del pueblo oriental para fijar su propio destino, eliminando los
vínculos viciosos que lo mantenían unido a un poder extraño. Simultáneamente, a
través de una segunda ley fundamental, y haciendo uso nuevamente de su
soberanía, la sala de representantes en aquél modesto rancho, expresa su deseo
de formar parte de un mismo estado, con las demás Provincias Unidas del Río de
la Plata. A este núcleo de Provincias Unidas, la Provincia Oriental ya había
pertenecido en los comienzos de la Revolución. Por esa razón, el resultado de
estas dos leyes se visualiza en la paisanada como ‘ahora vamos a tener Patria’.
Tener Patria era en ese momento la independencia absoluta, y volver a formar
parte de las Provincias Unidas. Esto transforma al año 1825 en un año glorioso.
Es la culminación de un proceso histórico, es el fin del proceso artiguista y
el inicio de un nuevo proceso, difícil y complejo. Se vienen décadas en las que
hay que seguir peleando la supervivencia como estado. Entonces, tener Patria
fue por un tiempo. No teníamos un territorio delimitado, no teníamos un poder
efectivo, porque lo tenían los caudillos. Penetraron los conflictos
fronterizos, los imperios europeos. La independencia nuevamente quedó
amenazada. Fueron tiempos muy difíciles, en los que la familia uruguaya
continuó desangrándose. Pero eso, señores, es otro tema".
Ofrendas
florales
Luego de las palabras de González, las
autoridades presentes colocaron ofrendas florales al pie del monumento a Juan
Antonio Lavalleja. Fueron colocadas cuatro ofrendas, una del personal retirado
de las Fuerzas Armadas, otra de la Jefatura de Policía de Lavalleja, una de la
División de Ejército IV y la última de la IDL en conjunto con el Comité
Patriótico. Esta fue la que fue arrojada al agua por los tres jóvenes detenidos
(ver nota de tapa), poco antes que comenzara el acto. Funcionarias municipales
que estaban en el lugar la rescataron y la pusieron en condiciones para que
luego pudiese ser colocada al pie del monumento. El acto, en total, tuvo una
duración de media hora.
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