Está abierta en la sala de exposiciones de la Casa de la
Cultura una muy buena muestra del artista plástico Pepe Montes (Montevideo
1929-2001), quien -según el catálogo de la exposición retrospectiva del Centro
Cultural de España realizada en el 2011- inició sus estudios de pintura con
Enzo Doménico Kabregú en 1942. En la década siguiente tomó clases con Edgardo
Ribeiro e ingresó en el Taller Torres García, donde fue discípulo de José
Gurvich, Augusto Torres y Julio Alpuy. Hacia 1961 se incorporó al cuerpo de
profesores del Taller. Poco después emprendió un viaje de conocimiento y
estudios por varias ciudades brasileñas y en 1962 estableció su propio taller
en Montevideo, comenzando a impartir cursos. Allí concurrieron varias
generaciones de jóvenes que con el paso del tiempo serían una corriente de
alumnos que creció notablemente. En 1969 y con auspicios del Ministerio de
Educación y Cultura, cumplió un viaje con amplio itinerario por unos cuantos
países europeos.
En la década del 80 figuraría como maestro de pintura en la
Casa de la Cultura de la Intendencia de Montevideo y en el Círculo de Bellas
Artes, mientras perseveraba con su obra personal cuya temática ha girado en
torno a los paisajes urbanos, retratos y desnudos, manteniendo una raíz
torresgarciana. Esa línea de formación la extendió -con márgenes de libertad
imaginativa- a sus diagramas emparentados con el constructivismo aunque no
rigurosamente sometidos a la doctrina del Taller.
UN ARTISTA, UN BOHEMIO
En la apertura de la muestra estuvo su viuda Mirtha Cazet,
reconocida actriz, directora y docente de teatro, “del que me encuentro desvinculada
totalmente desde hace dos años por un problemas de salud, que me afectó la
memoria para retener los textos, lo último que hice fue una obra de Dino Armas
con dirección de Elena Zuasti”, expresó, quien fuera hace más de una década
docente en la Escuela de Arte Escénico de la IDL, con una recordada puesta de
“Mariana Pineda” de García Lorca.
En esta instancia, presentada por la gerente de Cultura de
la IDL Clarisa Gallo y la asesora Susana Rodríguez Varese, Cazet dijo que los
cuadros que se exponen “son los míos”. “Pepe tenía una obra muy grande, cuando
falleció tenía unos mil cuadros, pero tenía muchos hijos y muchas esposas, yo
fui la última (se ríe) y se repartió la obra”.
Entre las obras que se exponen en Casa de la Cultura Cazet
destacó el retrato de Juan Carlos Onetti. “Es un muy buen retrato, que lo hizo
para la Biblioteca Nacional, y al final no se lo compraron. Sí hay un retrato
de Juana de Ibarbourou fenomenal, y hay otros, no sé porqué no le compraron a
Onetti. Yo vendí algunos cuando recién falleció, ahora hace mucho que no vendo.
No los quiero vender, los quiero conservar, es lo que me queda, lo amé mucho y
eso es parte de él, tengo retratos y desnudos míos que los tengo en mi casa,
para mí, Pepe nunca expuso ningún desnudo mío, no quería, y eso yo lo sigo
manteniendo”. Resalta el trabajo realizado por Montes en los desnudos, o en las
naturalezas muertas expuestas, así como los constructivos en espiral. “Solo
Pepe y Gurvich los hicieron, eran muy complejos”.
Al recordarle la bohemia del taller de Pepe Montes, Cazet
sonríe con picardía. “Era famoso por sus reuniones, una verdadera bohemia, que sigue
existiendo, porque pintores bohemios siempre va a haber”.
La exposición de Pepe Montes se extenderá hasta el 14 de
julio.
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