Se conmemoró la Jura de la primera Constitución -el 18 de
Julio de 1830- con un acto en la plaza Libertad, a merced de las inclemencias del
tiempo, lluvia, viento y mucho frío, lo que no fue impedimento para que alumnos
del Colegio y Liceo San José y niños y adultos integrantes de Chiquillada
marcaran presencia con los pabellones patrios, al igual que la intendenta
Adriana Peña, los representantes nacionales Mario García y Pablo Mazzoni, el
senador Hebert Clavijo, el presidente de la Junta Departamental Alcides Larrosa
y algunos ediles, el jefe de Policía de Lavalleja Leonardo Ruiz y el equipo
policial, referentes de las Fuerzas Armadas con un cuerpo importante de
militares y el obispo Jaime Fuentes, entre otras autoridades departamentales. El
principal orador del acto se refirió también a uno de los temas de más
actualidad, la educación.
LA FECHA
Luego de entonado el Himno Nacional habló el profesor Alex
González (director del Instituto de Formación en Educación) quien invitó “a
recordar como se merece esta fecha, porque detrás y junto a ella está la
historia del país y nuestro espíritu de nación”.
Se refirió a la Convención de Paz de 1828 como base para “la
futura organización del nuevo estado”,
donde se disponía “designar un gobierno y redactar una constitución”, lo que se
hizo, y luego de varios controles fue jurada “solemnemente por las autoridades
eclesiásticas, civiles y militares y por el pueblo uruguayo el 18 de julio de
1830, día en que entró en vigencia, 183 años atrás”.
UNA ESTRUCTURA JURÍDICA
González reflexionó sobre la adhesión “a códigos de respeto,
de obediencia, de subordinación a una estructura jurídica, eran los mismos que
habían visto en solo 20 años, mudar los gobiernos y las constituciones, bajo el
flamear de cuatro banderas distintas y habían cosechado a menudo el fruto de
las más amargas decepciones”.
AQUEL PAÍS
González evocó la situación de Uruguay en 1830, “un país
despoblado, (unos 70 mil habitantes) semidesierto, sin alambrados y sin
caminos, (…) la campaña en completo atraso, recorrida por gauchos bravos,
indios levantiscos, vagos y ladrones de ganado (…) a la policía le sobraban
problemas”.
Continuó refiriéndose a la educación, la que en 1830 estaba
“en pañales, no se había logrado que hubiera una escuela en cada pueblo de la
campaña, y apenas había una de varones y otra de niñas en Montevideo. También
había problemas con los salarios, pero al igual que hoy, no era el único
problema de la educación. Pobre del que hoy crea que las dificultades que
atraviesa la educación en este momento pasan solo por el salario. El sistema
educativo uruguayo se sostuvo, se sostiene y se sostendrá con la acción cotidiana
de los educadores cuando han ganado mucho y cuando han ganado poco. Por eso
cuando se nos pregunta qué le pasa a la educación hoy, respondemos que le pasan
otras cosas que pueden o no estar atadas al tema de las remuneraciones:
deterioro en las condiciones laborales, inexistencia de un sistema de
incentivos al buen desempeño, contextos institucionales que dificultan la tarea
y no brindan los apoyos necesarios, y la falta de reconocimientos del rol
docente como un profesional, tanto dentro como fuera del ambiente educativo”.
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