EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS DE LETICIA RODRÍGUEZ VIERA
por Gorge Gómez.
- ¿Cuántas maneras de esperar hay?
-
No sé. Decídemelo vos que hace tiempo que
estás esperando.
-
Creo que de muchas maneras, a veces con
ansias, a veces con calma y hay veces que espero con una pizca de agrado”.
Leticia Rodríguez Viera
Por estos días se dan dos muestras fotográficas en Minas, unidas
por el tiempo desde diferentes propuestas plásticas y temáticas, “El silencio”
de José Risso en el Molino Viejo -ya comentada por Primera Página- y “La
espera” de Leticia Rodríguez Viera en La Casa Encantada.
Esta última nos muestra una fotografía desestructurada,
explosiva desde lo visual, que transita por momentos en lo figurativo y en
otros bordea la abstracción para el uso los planos. No es la foto perfecta, es una
foto viva, entrega el movimiento y la energía de los distintos personajes en la
actitud de la espera, con diferentes edades, miradas, misterios, colores,
intereses, siempre esperas. A las fotos colgadas le sumó una instalación donde
las fotos son parte de una trama aprovechando una puerta, señalando un discurso
diferente a la foto y el marco, a la foto y el espectador, trozos, cortes,
hilos, trama, también parte de esa espera que impone Rodríguez Viera. No se
salvó ni la histórica máquina de escribir, que también pasó a ser parte de la
espera y vestigio de los tiempos.
EL MUNDO SE MUEVE
Rodríguez Viera es joven y montevideana, y su medio de vida
es el diseño gráfico. “Trabajo en eso, y la fotografía está también ahí, es la
herramienta para obtener imágenes naturales. Hoy el consumo de la imagen es muy
fuerte, muy grande, aunque a veces no se detengan en ellas, se pasa y se pasa,
pero cuando se logra que alguien se detenga en una foto, es porque ahí hay
algo, y eso está bueno”.
Quiso reflejar en esta muestra que “aunque se esté en la
espera, el mundo se mueve, y por esperar se pierden cosas, siento que no hay que
dejar pasar sin observar al tiempo y lo que nos rodea”.
Sobre las historias que emanan de las fotos, asegura que “no
fue intencional, me di cuenta cuando las vi hechas, como que lo tramé
inconcientemente, y al ver lo que había sacado me di cuenta que era eso lo que
quería, una historia”.
El trabajo del color es cálido, acogedor, no agrede, no
abusa de la fuerza. Leticia se alegra por la observación. “Me gusta que vea
eso, porque es parte de lo que significa la espera. ¿Qué color le va? ¿Cómo doy
esa sensación de espera en el mundo? ¿Qué luz ilumina una espera? Y se fue
dando, lo fui encontrando, espero que quienes miren las fotos lo sientan
también”.
La instalación “surgió espontáneamente, terminé de colgar y
quedaba ese espacio, y armé esa trama sobre una puerta que fue la manera de que
quedara integrada a La Casa Encantada, un espacio impresionante que te da las
posibilidades de explorar la creatividad, y fui armando esa trama con fragmentos
de fotos y algunos personajes de las fotos que están colgadas, es como un juego
de formas, edades, colores, texturas, como un resumen de la muestra en
desorden, como es a veces la espera”, concluyó Rodríguez Viera.
Quedan pocos días para ver esta muestra y no hay que perdérsela.
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