“1972 OCHO COMUNISTAS ASESINADOS, 2013 MILES LEVANTAMOS SU
BANDERA”
En la sesión de la Junta Departamental del 17 de abril, en
Asuntos Previos el edil Julián Mazzoni, del Partido Comunista (Lista 1001,
Frente Amplio) recordó a los ocho comunistas ejecutados el 17 de abril de 1972.
En la reseña de la sesión hecha por Primera Página se informaba que
dichas palabras iban a ser publicadas en ediciones posteriores. Eso no ocurrió
por esos “misterios” de las computadoras: el texto se extravió, fue recuperado
y ahora sí es publicado.
Mazzoni expresó en sala: “En el día de hoy se cumplen 41
años del fusilamiento de ocho obreros comunistas en la seccional 20. Abril de
1972 fue terrible para nuestro país. El 14 de abril los tupamaros -que en ese
momento no integraban el Frente Amplio- ejecutaron a varios miembros del
Escuadrón de la Muerte. La respuesta de las Fuerzas Armadas no se hizo esperar,
produciéndose en esos días sangrientos episodios. El pueblo uruguayo observaba
como se enfrentaban los guerrilleros y las Fuerzas Conjuntas, pero no estaba
inactivo. La CNT buscaba salidas a la violencia represiva, se expresaba en
amplias movilizaciones y grandes paros nacionales en busca de soluciones. El
Frente Amplio afirmaba su vocación de fuerza constructora, una consigna sería
el centro de su planteo para enfrentar la escalada golpista: “Paz para los
cambios y cambios para la paz”, decía el general Seregni. Eso implicaba obtener
amplias alianzas políticas y sociales para detener el proceso represivo. Una
táctica y una estrategia que implicaba propuesta y movilización junto a los
trabajadores, los estudiantes y todo el pueblo organizado. Por su parte, los
sectores golpistas -tanto militares como civiles- necesitaban extender el
enfrentamiento violento a sectores del Frente Amplio. Grupos parapoliciales
realizaban atentados contra Comités de Base y locales de organizaciones
integrantes de la coalición, esperando una reacción que justificara extender la
guerra más allá del enfrentamiento con los grupos armados y desatar una
sangrienta represión contra todo el movimiento popular.
Particularmente, insistían en agredir la Partido Comunista.
El 15 de abril, un grupo parapolicial asaltó el local central de la calle
Sierra, ingresando a balazos, golpeando a cientos de militantes de la UJC y el
Partido que se encontraban en tareas militantes plenamente legales. La
presencia de los diputados Jaime Pérez y Rodney Arismendi, acompañados por el
presidente de la Cámara (de Representantes, el nacionalista) Héctor Gutiérrez
Ruiz, impidió que la acción tuviera peor desenlace.
Pero la provocación a los comunistas estaba decidida. En la
madrugada del 17 de abril, los camaradas mencionados, humildes obreros de la
zona, realizaban tareas de vigilancia en el local partidario cuando llegaron
cientos de integrantes del ejército. En el momento en que los camaradas salían
en fila y desarmados se oyó una detonación y el grito de ‘¡hirieron a uno de
los nuestros!’. Los citados compañeros fueron fríamente ejecutados, algunos
fallecieron en el acto, otros se fueron desangrando, mientras el personal de la
salud se desesperaba por atenderlos y los militares lo impedían. El primer
herido fue un oficial del ejército, pero está probado que la bala no salió del
local de la seccional 20, sino de un arma de guerra; un autoatentado que
pretendió justificar la barbarie.
El fascismo esperaba una reacción violenta pero el pueblo
respondió con valentía y dolor; se decretó un paro general y cientos de miles
rodearon al PCU, provenientes de todos los sectores políticos y sociales. La
síntesis de esa amplitud la dio la presencia del arzobispo de Montevideo,
monseñor Partelli, en el velorio de los queridos compañeros. Los mismos
sectores que después realizaron la inmensa manifestación del 9 de julio para
repudiar el golpe de 1973, la clase obrera que protagonizó la huelga general y
los sectores políticos que enfrentaron la dictadura.
Ese acontecimiento, cuyos perpetradores permanecen impunes,
desmiente tajantemente la llamada ‘teoría de los dos demonios’, que pretende
presentar la dictadura como la consecuencia del enfrentamiento entre las
Fuerzas Armadas y los tupamaros. La dictadura es la expresión de una concepción
geopolítica pergeñada en los sectores más agresivos del imperialismo
norteamericano, seguida por sus aliados locales -civiles y militares- que
pretendían impedir el avance del pueblo. Se sustenta en los más agresivos
sectores del capitalismo; es fascismo porque -como decía Dimítrov- es una
dictadura terrorista del capital financiero y de sus aliados locales. El golpe
fue contra el pueblo todo, formado por hombres y mujeres de todos los partidos
que supo resistir y decirle No a la dictadura. Parte inseparable de ese pueblo
son nuestros mártires. Hoy se realiza en Montevideo una concentración con la
consigna ‘1972 ocho comunistas asesinados, 2013 miles levantamos su
bandera’. Soy el único comunista en esta Junta; aunque no puedo estar presente
en la manifestación, levanto aquí simbólicamente esa bandera. Sé que ustedes,
aunque no compartan nuestras ideas, las respetan, por lo que pido que me
acompañan en el recuerdo de Luis Alberto Mandiola; Ricardo González; José
Abreu, Elman Fernández, Raúl Gancio, Ruben López, Wáshington Sena y Héctor
Cervelli”.
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