El 12 de abril estábamos en el Primer
Concierto de la Temporada 2013, que se realizó en el Auditorio Nacional del
SODRE, de 25.000 metros cuadrados al servicio del arte, realizado por la Orquesta Juvenil del SODRE, dirigida
por el maestro Ariel Britos, la que recibió el alto honor de tener al piano
como solista nada menos que al eximio
Bruno Gelber.
¿Qué podemos decir del Maestro Ariel
Britos, a quien tantas veces hemos visto y compartido gratos momentos junto a
él? Duraznense, capacitado en Venezuela para la conducción de orquestas
infantiles y juveniles, participante activo de los programas de la UNESCO y la
OEA, quien ha dirigido varias orquestas
juveniles en Europa y América Latina y habiendo sido distinguido con diversas
premiaciones por su actividad cultural y
en apoyo al desarrollo de la juventud iberoamericana.
De Bruno Gelber, músico argentino, eximio
pianista, quien supo vencer una terrible enfermedad en su infancia y hoy,
aunque debió ser acompañado al instrumento de sus amores por otra persona,
deleitó con sus acordes a una sala del Sodre casi colmada de público.
Este hombre que empezó muy joven y dio su
primer concierto público a los cinco año y a los 11 debutó en el Teatro Colón,
que ha recorrido más de 45 países con más de 4.700 conciertos y que sus discos
han sido varias veces galardonados con los más importantes premios, ha actuado
en grandes orquestas de fama mundial como la Filarmónica de Berlín, la de la
Scala de Milan, la Nacional de Francia, la Royal Philarmonic, London
Philarmonic, NHK de Tokio, entre otras.
Allí fuimos deleitados con el Adagietto
de la Sinfonía No. 5 en Do Sostenido Menor de G. Mahler, Marcha Eslava en Si
Bemol Menor Op. 21 de P. Chalkovsky y el Concierto para piano y orquesta No. 1
en Si Bemol Menor Op. 23 de I. Chaikovsky
Lo mejor, de postre. Un minuano, el joven
Juan Ignacio Beracochea Noé, con su
viola se encontraba entre los
ejecutantes de esta maravillosa orquesta.
Al respecto cabe señalar que la Orquesta
Juvenil del Sodre, la cumbre del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles
del Uruguay tiene un programa de acción social con la música como columna
vertebral. Es así una maravillosa herramienta de proyección para los jóvenes
talentos de nuestro país.
Realmente llena de sano orgullo a quienes
conocemos a Juan Ignacio por su placidez, su bajo perfil y su amor a la música.
Creo que este joven de gran futuro se lo merecía. Se merecía tocar entre los
músicos de enorme envergadura que le rodeaban y de una sala colmada de público.
No menos importante fue el hecho que dos
autobuses llenos de sus compañeros de la Orquesta Juvenil “Eduardo Fabini”
acompañara a Juan en su presentación, encabezando la delegación el maestro
Julio Aparicio, en una demostración de compañerismo pocas veces vista, donde
siempre nos preocupamos por nosotros mismo y estos chicos nos han enseñado que
no sólo integran una fabulosa orquesta, sino además que nos dieron un gran
ejemplo de unión y amistad..
Creo también, si lugar a dudas, que esta
es otra victoria, otra satisfacción del maestro Aparicio, quien desde un
comienzo creyó que este proyecto era posible, que era un sueño realizable y
lucha incansablemente para llegar a estos logros junto a un notable grupo de
colaboradores.
(Colaboración de Enrique de Medina)
0 comentarios :
Publicar un comentario