EXPOSICIÓN DE ARIEL MEDERO EN EL SUNCA
Cuánto dolor, cuánta tristeza, cuánto valor para decirlo se
desprende de la exposición que se realiza en la sede del SUNCA (De La Llana
casi Washington Beltrán), en la sala Julio “Pancho” Sotelo, y que pertenece al
artista plástico, Ariel Medero. Al entrar a la sala se puede leer en un cartel pequeño
escrito por el artista: “Cada cuadro contiene cinco imágenes que representan a
desaparecidos -están elaboradas con cerámica, horneada y esmaltada-. No
representan a uno en especial, sino a todos ellos, por eso algunas imágenes
tienen un solo ojo, la nariz destrozada, la boca lastimada. No es fácil, no es
fácil, es muy fuerte, nuestros compañeros pasaron por esto, sufrieron tremendas
torturas antes de morir, por eso encontrarlos, saber dónde están, y que se sepa
toda la verdad es para que se haga justicia y que nunca más sucedan tan
horribles crímenes de lesa humanidad, por razones políticas, gremiales o
ideológicas, fueron asesinados por la dictadura cívico militar”.
EL DOLOR SIEMPRE ESTÁ
Mederos contó a Primera Página que la idea de hacer
estos trabajos se le ocurrió en México, “cuando vi unas caretas donde se
recordaba a los muertos, pero eran obras muy tétricas, macabras. Yo había hecho
cuadros en óleo donde representé detenidos desaparecidos, y acá trasladé a la
cerámica los rostros, busqué que no sea tan chocante, que conmueva pero que no
provoque rechazo, que se puedan sobrellevar esas imágenes, aunque el dolor
siempre está reflejado, son los momentos que vivieron los compañeros antes de
morir. Las máscaras las hice yo, con la gran colaboración de integrantes del
Mercado de los Artesanos de Montevideo, yo había trabajado hace muchos años en
cerámica, ellos me ayudaron mucho a desarrollar la parte técnica”.
CON DOLOR
Las cinco máscaras están encerradas en una caja de madera
abierta, lo que se acopla al discurso de Medero. “Es la certeza de que
estuvieron encerrados, interrogados, torturados, y luego su desaparición. ¿Dónde
están? En algunas máscaras se ve la expresión triste, en otras duras,
desesperadas.
HOMENAJES
En una de las paredes una gigantografía tiene una foto
trucada de 4 trabajadores del SUNCA, con sus camisetas rojas, que tienen la
cabeza de los cuatro trabajadores del Sunca muertos por la dictadura. Horacio
Gelós Bonilla y Antonio Omar Paitta fueron asesinados y sus cuerpos entregados a
la familia, y José Arpino Vega y Modesto Pérez Quiñones son detenidos
desaparecidos. Otra gigantografía reza: “No a la impunidad”. Medero señala que
desde ahí lo que “se exige es la verdad y la justicia, no más rencores, no
puede ser que el Ejército se haga responsable de la muerte de Julio Castro, y
que siga impune, y están dando señales de esa impunidad constantemente, ahora
se saca a una jueza como Mariana Motta de la órbita en que venía actuando, que
es quien lleva adelante una investigación, que se preparó para trabajar en los
temas de derechos humanos. Por eso ‘No a la impunidad’”.
Finalmente otra gigantografía expresa: “Nunca más, nunca más”,
y contiene los nombres de la mayor parte de los desaparecidos. “No están todos,
y pedimos que nunca más suceda una dictadura militar”.
APROVECHAR EL LUGAR
La exposición conmueve, no da lugar a la indiferencia. Además
de destacarse el alto nivel plástico, con una refinada expresividad de Medero,
está el mensaje, la exhortación a la verdad. Medero destacó que “la sala es hermosa, un especio que deben
aprovechar mucho aquí en Minas para difundir el arte y el pensamiento. Fue
impresionante cómo los compañeros del SUNCA me estaban esperando con la sala
pronta, con martillos y clavos para colgar. Ellos vieron esta exposición y me
pidieron traerla, y fue una gentileza que me eligieran con esta muestra para
también inaugurar la sede, es realmente un honor”, concluyó Medero.
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