sábado, 9 de febrero de 2013

Y había que ganar


Poco le debe interesar al lector, que realicemos, desde estas líneas un pormenorizado análisis del desarrollo táctico del partido. Los por qué, los cómo, los fundamentos del triunfo, son material para otro momento. Lavalleja debía ganar y ganó. Lo hizo 2 goles a 1 frente a Canelones, en la última fecha de la primera fase de la Copa Nacional de Selecciones asegurándose, de esta manera, su participación en la ronda siguiente.

Un equipo serrano muy distinto al de la fecha anterior. Con volantes que lucharon siempre; ganando a veces, perdiendo las más, pero nunca bajando la guardia. La defensa tuvo inconvenientes. Porque Canelones juega bien, maneja la pelota con criterio, tiene dinámica y velocidad; aunque algún delantero pecó de liviano. Pero “calidad” Hernández y Sebastián Suárez apretaron los dientes,  impusieron “carpeta”, y cuando fue necesario, subieron la suela. El árbitro lo permitió y el rival lo sintió. Entonces el partido fue más parejo, más trabado, más luchado, menos pensado, menos jugado. Y como tantas veces, más a gusto del local.

El primer tiempo terminó empatado en uno. Reflejo de un cuarto de hora todo visitante. Juego atildado, mucha movilidad, mucho toque y uso correcto de las bandas. Llegó la apertura y pudo llegar otro. Pero Mario Amorín empató a la salida de un dudoso tiro libre. Toque corto de Gamarra y derechazo al ángulo. Después fricción, lucha y muchas menos tarjetas de lo aconsejable. Para el complemento, poco cambió. Nicolás Gamarra siguió siendo el de los partidos anteriores: el más claro bastión futbolístico serrano. Pero escaseaba la compañía. Canelones pudo liquidarlo de contra, pero sus restos físicos comenzaron a flaquear. La precisión no era la misma, la dinámica tampoco.

Sin embargo, la chance clara nuestra no llegaba. Estaba Corbo en cancha y también “el hueso” Díaz, pero la serenidad y la claridad no eran de nuestra propiedad. Hasta que llegó un pelotazo largo, la defensa canaria estuvo demasiado lenta de reacción, y Mario Amorín definió al palo derecho de Damiano. El Municipal estalló en el grito contenido. Más de un millar de nerviosos parciales minuanos se llenaron la boca de gol. Junto con Mario, como tantas veces. De ahí al final, poco y nada. Uno conforme y otro sin fuerzas. De todo lo que debemos mejorar, ya hablaremos. Lo de hoy es la victoria y el pasaje a la segunda fase. Y no es poco.








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