Yo no soy muy
leguleyo
cuando me pongo a
cantar...
Siempre me gustó
versiar
desde el tablado
del pueblo.
Allí abajo –según
creo-
se aprende a
filosofar
con los que van a
“yugar”
para ganarse el
puchero.
Los que no van,
pues ya fueron,
se hastiaron de
deambular
pidiendo en cada
zaguán,
pero ni los
atendieron!!!
Tamborileando los
dedos
y mirando sin
mirar,
regresaron al hogar.....,
otros...¡otros
nunca más volvieron!
Por eso, en cada
febrero,
vengo al tablado a
cantar
que aquí, saben
escuchar
a quien se sienta
trovero.
Si enojado, gritar
quiero
¡me aplauden hasta
rabiar!
pues me gusta
criticar
¡ aunque no soy
“bochinchero”!
Y si sordos se
sintieron
al oírme protestar,
a mí, ¡no me va a
tentar!
el brillo que da el
dinero.
Yo soy poeta del
pueblo,
¡nací allá, en “ El
Valavar”!
Con amor y dignidad
me pienso ganar el
cielo!!!!
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