En un sencillo acto realizado en la mañana de
ayer en la Biblioteca
de Casa de la Cultura ,
sobrinos de Yeyita Ibargoyen Pais realizaron una nueva donación de libros.
Hebert Loza, director de Cultura, informó que
“en el marco de los festejos de los 85 años de la Biblioteca Municipal ,
el cual se cumplió el pasado 3 de diciembre, tenemos a los descendientes de la
familia Ibargoyen que nos están regalando una cantidad importantísima de libros
que serán distribuidos en la
Biblioteca para que queden a disposición de todos los
ciudadanos del departamento. Queremos agradecerles una vez más tanta
generosidad, y decirles que la
Biblioteca está abierta y son parte de ellas. Esta Biblioteca
es un emblema departamental y una de las más viejas y más completas del país”.
EL LIBRO COMO UN MONUMENTO VIVO
Edgardo Stifanicichi Ibargoyen dijo que “estos
libros constituyen el sexto aporte que junto mi hermana María Isabel hacemos
para la colección memorial de Yeyita Ibargoyen Pais. Desde que se conmemoró el
centenario de su nacimiento, como memorial pensamos en dejar en esta ciudad
donde ella nació y terminó su vida un monumento vivo, como puede ser en este
caso una colección de libros. Estos están orientados al tema humor e
historieta, de alguna forma continuando ese carácter excepcional que tiene esta
ciudad con el museo ubicado en el Teatro Lavalleja sobre ese mismo tema”.
Acotó que “en esta fecha además nuestro aporte
se integra con los libros que corresponden a la colección infantil dedicada a
Magdalena Nappa Núñez, encargada de la Biblioteca cuando nosotros comenzamos con este
emprendimiento y a quien la
Dirección de Cultura ha recordado poniendo su nombre a ese
espacio. Para nosotros fue un apoyo muy grande en nuestro emprendimiento para
esta colección memorial, pero además fue una amiga, trabajadora y modelo de
funcionaria municipal, que cargó sobre sus hombros una tarea muy importante,
hasta el fin de su vida la tuvimos como respaldo para nuestro emprendimiento”.
“La colección memorial es un monumento vivo,
es un modelo de cómo, los monumentos en memoria de las personas no tienen
porqué estar hecho en bronce o granito, sino que pueden tener la forma de un
producto que sea en beneficio de toda la comunidad, y pensamos que el libro es un
monumento vivo, portador de la memoria de la persona que uno recuerda, y cada
vez que sus páginas se abran para disfrute o aprovechamiento del lector, la
memoria de la persona evocada va a estar surgiendo y circulando”, finalizó.
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